Durante
tantos años se había preguntado qué habría pasado…
Qué habría
pasado si aquella noche los dos bajaban la guardia, se guardaban el orgullo en
el bolsillo y se dejaban llevar por sus miradas empañadas ante esa despedida.
Qué habría
pasado si hubiese marcado ese número en el teléfono a la hora que él le pidió
que lo hiciera. Si no se hubiese negado a tener ese hijo que tuvo que
arrancarse del vientre porque la familia nunca le hubiese perdonado ser tan
impura.
Qué habría
pasado si lo dejaba todo para irse a vivir esa vida de pobres pero llena de
sentimientos que él le ofrecía. Se
habían amado tanto, ella todavía lo amaba y estaba segura de que él también.
Tantas veces
había vuelto a buscarla, pero se dejó llevar por la comodidad, por los miedos,
por las palabras ajenas que la condenaban a un futuro mejor. Una vida vacía
llena de cosas materiales, de amigos ficticios, de reuniones aburridas, de
rutina. Una vida donde la protagonista seguía un guión que escribían los demás.
Habían
pasado 25 años, y no había un solo día en que no se preguntara, si en vez de
torcer su destino en esa esquina, llamada elección conveniente, hubiese seguido
a su corazón… Nunca podría saberlo, ni
siquiera imaginarlo, tal vez hubiesen sido felices, o no. Y qué importaba si ahora tampoco lo era…
Durante
tantos años se había preguntado qué habría pasado… Y este era el momento en que
se dio cuenta, que más allá del resultado, al menos hubiera vivido con la paz
de saber que había tomado una decisión correcta y no con este pesar de saber
que el tiempo nunca se puede volver atrás…
Sindel Avefénix
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