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lunes, 29 de junio de 2015

Transitamos por lo etéreo con los siguientes compañeros:

        

       

      

     

     

    

    

     

    



La imagen utilizada en este post es tomada de la web (C)(R)



miércoles, 24 de junio de 2015

Convocatoria: Este jueves un relato "Rostros de la polio"

Esta semana José Vte. nos propone escoger una imagen de varias que ha presentado sobre personas que han padecido polio y escribir algo sobre ellos. Yo he elegido esta para mi relato.
Pido disculpas por excederme en la cantidad de palabras, pero no he podido recortarlo más.


Cuando me tocó hacer una entrevista corta, como trabajo práctico, no dudé en pedirle a mi vecino, Julián, que fuera el entrevistado. Aceptó de inmediato, así que quedamos para la mañana siguiente.
Lo esperé en el bar de la esquina, sentada en una mesa que está sobre la calle, elegí ese lugar para aprovechar el calorcito matutino. 
Llegó puntual, con su silla de ruedas motorizada y una sonrisa luminosa que encendió la mañana.
-Buen día- me dice, mientras acompaña la sonrisa abriendo sus enormes ojos negros que también brillan.
-Buen día. ¡Qué bien se te ve esta mañana! Si te parece te saco una fotografía y empezamos con la charla. 
Asiente, se acomoda para la cámara, y después, ya frente a frente,  le pido que me cuente algo sobre él. 
Las palabras brotan suavemente de su boca y me doy cuenta que no van a hacer falta las preguntas.
- Yo estuve de los dos lados de la vida- me dice -Conocí el mundo sobre mis pies hasta los cuatro años, luego sobre bastones y ahora lo vivo sobre ruedas. Mi vida no fue fácil, pero de que sirven las quejas a esta altura, estoy en la plenitud de mis años y he aprendido muchísimo. Ya quedaron atrás los años que pasé sobre esa cama de hospital, llorando de dolor, de angustia, entre quirofanos  y cirugías, lejos de mi familia. Estuve tantas veces con escayolas y barras en mis piernas que ya me había acostumbrado a vivir con ellas. Cuando me las sacaban me sentía desarmado, débil. Sin embargo tuve cerca a esos amigos inolvidables con los que compartíamos el mismo dolor y nuestros propios códigos y juegos. Después de un largo tiempo comprendieron que nada podía hacerse, la polio se había apoderado de mi cuerpo y dejaría sus huellas. Algunas pueden verse con solo observarme, otras son más profundas. No todas son tan malas, algunas son maravillosas, sobre todo cuando recuerdo todo el amor que recibí de las distintas personas que se encargaban de mí en esos tiempos. Al principio fue difícil, me sentía diferente, todo me costaba más. Pero siempre tuve el apoyo de mis seres queridos y mi propia fuerza de voluntad. Y desde el día en que tuve plena conciencia de lo que me pasaba, tomé la decisión de salir adelante, de luchar y de ser feliz con lo que me había dado la vida. Y mi esfuerzo dio sus frutos, hoy tengo una profesión, me enamoré y formé una familia hermosa. Como verás, siempre sonrío, primero porque estoy vivo y también porque tengo un millón de razones para ser feliz, y casi ninguna para no serlo.- me mira y agrega -Espero no haberte aburrido. ¿Querés preguntarme algo más en particular?
-No hace falta, Julián. Gracias por tus palabras, sinceramente te admiro. 
-Gracias a vos, espero que te sirva esta charla para tu trabajo práctico.
-Por supuesto, para eso y para mucho más.
Nos quedamos un rato más tomando el café, después él se va para comenzar su día laboral. Yo me quedo sentada, escuchando una y otra vez lo que había grabado. Comprendo que todavía me quedaba mucho por aprender de la vida, sobre todo aprender a disfrutarla.

Sindel Avefénix

Más rostros de la polio en lo de: José Vte - El sueño de la colina

Gracias José Vte.

Todos los textos que están expuestos en este blog son propiedad intelectual de mi persona y están registrados bajo el nombre Sindel Avefénix. Salvo menciones expresas de otros autores.

domingo, 21 de junio de 2015

Contando 53 semanas. Semana 26 de 53


SEMANA 26 DE 53
Esta semana la palabra es:
RESPUESTA

Y este es mi aporte:

- ¡Miráme a los ojos! ¡Miráme a los ojos y decíme que ves!
Entonces centré mi mirada en ellos,  sosteniéndola implacable ante ese desafío.
Lentamente me adentré en el brillo incandescente de sus ojos oscuros e intensos. Me vi proyectada, titilando suavemente en sus pupilas. Había detrás de ellas un laberinto de dudas anidadas que pedían ser resueltas. Mis pensamientos se agolpaban en cada rincón del recorrido, mixturándose con sentimientos, con un pretérito no resuelto, con un oscuro territorio pleno de cuestionamientos.  A ciegas transité por ese túnel interminable de interrogantes que  buscaban una respuesta, hasta que logré en ese instante, que fue una eternidad, llegar al final.  
Y cuando por fin encontré la respuesta a su pregunta, preferí callar.
No podía decirle que sus ojos, ese espejo en el que me había reflejado durante tantos años,  hoy  estaba roto en mil pedazos; y cada uno de esos trozos aguzados en los que se había fraccionado proyectaban sobre mí  una triste realidad. Esos fragmentos que impactaban en mi vida a sangre fría eran la luz y la oscuridad. La felicidad y el dolor. El amor y el odio.
Sindel Avefénix (C)



Todos los textos que están expuestos en este blog son propiedad intelectual de mi persona y están registrados bajo el nombre Sindel Avefénix. Salvo menciones expresas de otros autores.

lunes, 15 de junio de 2015

Nos inspiramos en la imagen con los siguientes compañeros:

      

     

    

     

     

      

    



La imagen que aparece en este post es una obra de Victor Nizovtsev (C)(R)