Este jueves nuestro amigo Pepe nos invita a escribir sobre chantajes emocionales, después de algunas semanas sin poder participar, me vuelvo a sumar a esta reunión de amigos.
Con espanto descubrió que el vestido que le había comprado su esposo, Mauricio, para la fiesta le quedaba muy ceñido. Ya era tarde. En diez minutos llegarían los invitados y había perdido mucho tiempo para lograr el peinado recogido que también le había sugerido Mauricio para esa noche, con el fin de que su cuello luciera más fino y su rostro más delicado.
Meli se miró en el espejo por última vez con la esperanza de que, al ser un vestido negro, no se notará tanto que había engordado un poco. Ya estaba llegando la gente, pero temía enfrentarlos. Era una fiesta muy importante, la celebración por el ascenso de su esposo a vicepresidente de la empresa. Si alguien llegaba a decirle que estaba algo gordita, su esposo la hostigaría durante días. A él le gustaban las mujeres perfectas y ella se obligaba a serlo, más allá de cualquier sacrificio físico que tuviera que hacer para cumplirlo.
Abrió la puerta del vestidor y se encontró con Mauricio que había venido a ver por qué demoraba tanto. Apenas la vio con el vestido puesto se le transformó la cara. Con furia la empujó hacia la habitación haciéndola parar frente al espejo para que tomara consciencia de lo mal que se veía. Le dijo que no bajara hasta que el vestido dejará de marcarle la carne demás en su cuerpo y se fue dando un portazo.
Entonces ella se dirigió al cuarto de baño, se arrodilló ante el inodoro y metiéndose los dedos en la garganta vomitó hasta que lo único que salió de su cuerpo fue sangre. Después se quitó el vestido y comenzó a vendar su cuerpo con las vendas elásticas que usaba su esposo cuando entrenaba duro. Y al fin volvió a vestirse.
Por fin vio frente al espejo a la mujer que tanto deseaba ser, con esas curvas perfectas y sin un gramo demás que tanta envidia despertaba entre las demás mujeres de su círculo.
Cuando entró al salón, todos volvieron la cabeza para mirarla, su marido le extendió la mano, le dijo al oído que estaba perfecta y le dio un beso cariñoso en la mejilla.
Con una sonrisa radiante y sintiendo todavía el acre sabor del vómito en su boca, Meli comenzó a saludar a los invitados luciendo su figura.
Sindel Avefénix
Más chantajes emocionales en lo de: PEPE - Desgranando momentos
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Qué cínico !!! y ella......wow las mujeres pasamos por esto y nos damos cuenta hasta que es tarde, por experiencia........... buen relato Karina, me identifiqué mucho, besos
ResponderEliminarMuchas gracias, Abril. A veces uno se da cuenta a tiempo, pero otras se deja chantajear sin más.
EliminarUn beso.
Es una muestra de chantaje emocional, a nivel destructivo.
ResponderEliminarCon respeto al comentario anterior, no es exclusivo. El escritor Philip Dick tuvo anorexia a raiz del divorcio de sus padre.
Contundente relato. Y bien contado.
Yo creo que los hay en cualquier género también, pero tal vez las mujeres que están más cosificadas que los hombres en esta sociedad lo padezcan un poco más.
EliminarUn abrazo.
Que pena tener que llegar a esos extremos por un imbecil, a lo mejor a ella no le parece bien como va él y lo calla sacrificandose.
ResponderEliminarBuen relato.
Besotessssssssssssssss
Puede ser, pero estas personas siempre buscan personas que sean vulnerables a sus chantajes. Gracias por pasar! Un beso enorme.
EliminarNo puedo imaginarme algo parecido, ninguno de los dos merecen el respeto de los demás, el por imbécil y ella por consentidora. Tu imaginación si merece un aplauso, Abrazos
ResponderEliminarGracias, preciosa! Sin embargo hay muchos casos de mujeres que pasan por estas cosas, que se sacrifican por tener al lado a un hombre, miedo a la pérdida constante.
EliminarUn beso enorme.
Tan malos son los maltratos físicos como emocionales, pero estos últimos dejan una huella imborrable en el alma de quien los vive.
ResponderEliminarBesos
Así es, Ilesin. Después de pasar por algo así uno ya no vuelve a ser el mismo.
EliminarBesitos.
¡Qué sinvergüenza!
ResponderEliminarUno de tantos! Besos.
EliminarTerrible Sindel, duele cada letra. Cuanta falta de amor a uno mismo.
ResponderEliminarUn relato impecable.
Besos.
Exacto, San. Es eso, baja autoestima, y otro que se aprovecha de eso. Un beso.
EliminarQue terrible!!! Un hombre así no merece ser llamado "hombre"...Pensar que ocurre en el diario vivir...cuanto más tiene que soportar la mujer en maltrato de cualquier tipo y lo peor que muchas empiezan a sufrir desde niñas...
ResponderEliminarMuy buen relato Sindel, profundo, cala hondo la sensibilidad...
Besos
Muchas gracias! Es cierto pasa más de lo que creemos, en ambos géneros, de una forma u otra, siempre hay algún hostigamiento. Esas relaciones no sirven.
EliminarUn beso.
Terrible historia, y que tire la primera piedra quien no haya hecho nunca nada por complacer exigencias que no tenían justificación alguna. Un abrazo
ResponderEliminarNo podría tirar la piedra. No tan así, pero es cierto, alguna vez también he cedido en cosas que no quería para complacer al otro. Un beso y gracias por pasar.
EliminarMe ha parecido un relato durísimo, Especialmente porque parece que detrás de tantas vidas de aparentes triunfadores hay Melis y hay Mauricios.
ResponderEliminarMuy bueno, querida amiga.
Un abrazo.
Mi querido amigo, veo que una vez más has comprendido a la perfección lo que quise decir con este relato. Creo que todos en esa fiesta, eran como ellos dos.
EliminarUn abrazo enorme. Gracias por tus palabras.
Sindel... tus palabras tocan nervios expuestos. A veces no hace falta que un "él" pida, exija, o chantagee... a veces ese enemigo lo llevamos dentro.
ResponderEliminarLas felicitaciones son más que meritadas... un beso y un abrazo fuerte.
Y ese enemigo es el peor de todos, porque es el más difícil de ver. Gracias, Alma.
EliminarUn beso.
Macabro escultor que a fuerza de desprecio saca la belleza.
ResponderEliminarUn abrazo, amiga.
Brillantes palabras, Rosa. Nada que agregar.
EliminarUn beso enorme, gracias por tu visita.
Ante situaciones como esta siempre me hago la misma pregunta: ¿Que lleva a una persona a encadenarse de esa manera a la voluntad de otra?. ¿Donde queda la autoestima, la dignidad, el reconocimiento de la propia valía?. Desde luego no es amor lo que encadena y somete, el amor requiere una relación entre iguales y es fruto de la libertad no de la esclavitud.
ResponderEliminarGracias por sumarte a mi convocatoria Karina.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias a vos, por tu interesante propuesta. No me hubiese perdonado fallarte!
EliminarHay gente que vive de esa manera, pensando que es algo normal, hasta que se le cae la venda y puede comprender que la vida y el amor son otra cosa.
Un abrazo enorme.
Cuando alguien influye así en una persona, ni es amor ni es orgullo de... Es totalmente una verdadera violencia. Duele una bofetada, pero más duele que te vayan machacando así, que anulen tu voluntad de tal manera que seas NADA, nada para él, nada para una misma.
ResponderEliminarQué rabia, qué pena... qué todo.
Pero así es la cosa. Lo importante es darse cuenta y dar ese golpe en la mesa. Fácil no es, pero nadie dice que sea imposible.
Besos enormes.
Así es, a veces tardamos mucho tiempo en comprender que somos personas individuales y que todo lo podemos mientras tengamos el poder de nosotros mismos.
EliminarUn abrazo enorme.
Has descrito un caso de los muchos que se dan de maltrato spicológico, perque este caso va mucho mas allá del chantaje emocional. Me ha gustado mucho tu relato, amiga Sindel. Maravillosamente descrito. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, preciosa. Un beso enorme.
EliminarDa miedo el control que una persona puede ejercer sobre otra, convirtiéndola en nada. Y es ese miedo el que lleva a obedecer. Es indignante. Lo has descrito muy bien.
ResponderEliminarUn saludo
Muchas gracias! El miedo es el peor de todos venenos, no nos deja ver lo que realmente hay a nuestro alrededor.
EliminarUn beso.
Vacio es lo unico que puede haber en una relacion asi, ni el ni ella son nada solo apariencia, ella la sombra de el, el solo imagen.Que triste pero hay muchas relaciones asi. Magnifico relato y la forma como lo has contado.Besos.
ResponderEliminarSí Molí, hay demasiadas relaciones enfermizas como esta. Y los que están en ellas no pueden verlo. Un beso.
EliminarQué terrible! Un infierno del que debería decidirse a abandonar lo más rápido posible, si se ama un poco.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
P.d
muchas gracias por tus palabras en el blog de mi papá.
Muchas gracias, Moni!
EliminarNo me agradezcas nada, realmente fue una noticia triste. Se lo va a extrañar!
Un beso enorme.
Terrible relato, terrible realidad. Lo cuentas TAN bien que lo he visto como una película, escena tras escena, y me ha impresionado mucho. Enhorabuena por tu arte, tu realismo, tu precisión en las palabras que golpean cuando deben hacerlo de un modo sobrecogedor...
ResponderEliminarUn gran abrazo y mil sonrisas :)
Muchas gracias, Maite! Qué honor que me digas esas cosas! Me alegra mucho que sientas así lo que escribo.
EliminarUn beso enorme :)
Has descripto un infierno envuelto en papel celofán...
ResponderEliminarQué duro y amargo vivir asi...
Tu relato es convincente y conmovedor y nos pone en situación, tanto que nos gustaría darle muy duro a un tipo así!!!
besos luminosos, aunque un poquito en pie de guerra...;)