El castigo.
Mirta sentía que Roberto estaba cada vez más distante, ya casi no le prestaba atención. No podía dejar de sospechar que había otra mujer, pero no tenía las pruebas suficientes para confirmarlo.
Trataba de cubrir esas soledades ocupándose de su hija Lucila que con sus quince años le traía bastantes problemas.
Cuando se lo comentó a su amiga, ésta la convenció de ir a ver a una bruja para que se sacara las dudas.
Llegaron al consultorio de Madame Rubí y cuando se desplegaron las cartas de Tarot, la bruja le confirmó que su marido amaba a otra mujer más que a ella, y que ésta estaba más cerca de su entorno familiar de lo que ella creía.
Salió dando tumbos, su amiga le pidió que se calmara pero Mirta sentía que quería vengarse y destruir a esa intrusa que le estaba robando el amor de Roberto. Le pidió a su amiga que la dejara sola para poder caminar un rato y calmarse. Después de hacer unas cuadras se paró en seco, retrocedió hasta la casa de Madame Rubí y le pidió que la volviera a atender. Estaba llena de odio, de impotencia y de dolor.
La bruja, que vio una clienta potencial, la hizo pasar. Mirta le pidió que hiciera algo contra esa mujer que le estaba arruinando la vida. Madame Rubí le dio una pócima para que le diera a su marido en la cena. Le explicó que a los dos días la persona que estuviera ocupando su corazón amanecería ciega sin ninguna razón médica que pudiera revertirlo. Le pidió que lo pensara bien, porque era un trabajo que tenía un precio muy alto, tanto en dinero como en su conciencia. Pero era tal el desprecio que sentía que no le importó ser responsable de semejante maldad. Pagó por la pócima, pero sintió que era dinero bien invertido.
La bruja, que vio una clienta potencial, la hizo pasar. Mirta le pidió que hiciera algo contra esa mujer que le estaba arruinando la vida. Madame Rubí le dio una pócima para que le diera a su marido en la cena. Le explicó que a los dos días la persona que estuviera ocupando su corazón amanecería ciega sin ninguna razón médica que pudiera revertirlo. Le pidió que lo pensara bien, porque era un trabajo que tenía un precio muy alto, tanto en dinero como en su conciencia. Pero era tal el desprecio que sentía que no le importó ser responsable de semejante maldad. Pagó por la pócima, pero sintió que era dinero bien invertido.
Durante la cena, ese mismo día, Mirta mezcló la pócima en el vino de Roberto, que lo tomó sin darse cuenta de nada. Esos días pasaron lentos, iba mirando por todos lados, leyendo las noticias, escuchando los comentarios del barrio, y preguntándole a su marido por sus compañeras de trabajo para poder enterarse si alguien había sufrido ese castigo. Pero no pasó nada.
Al amanecer del segundo día un grito desgarrador la despertó, venía de la habitación de Lucila. Corrió como loca para ver qué había pasado. Abrió la puerta, encendió la luz y vio a su hija con las manos extendidas, de sus ojos brotaba sangre y no dejaba de gritar que se había quedado ciega.
Sindel Avefenix
Mas relatos de brujas en lo de: Inma Brujis
Es un relato que impresiona. El mal del corazón, los celos, lleva a muchas personas a hacer cosas absolutamente inconcebibles en un estado normal.
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo
Pagaron justos por pecadores. Una pena, las venganzas suelen tener buen sabor; igual pasó el ibris.
ResponderEliminarUn besito.
La desconfianza y los celos son malos, muy malos consejeros, tanto que nos llevan a cometer acciones muy alejadas de lo que significa amar. En tu historia, podemos decir aquello de que en el pecado lleva la penitencia, aunque la hija no fue culpable de nada.
ResponderEliminarUn abrazo.
El mal de los celos, hablan que es por tanto amar, no estoy de acuerdo amar es otra cosa, más cerca está la palabra generosidad.
ResponderEliminar!Que historia tan terrible!
Besos Sindel.
uuufff!!!
ResponderEliminarque relato más tragico e impactante... la verdad algo asi se me parecia por la mente mientra iba leyendo el texto pero al leer el final aaayyssss !!!! que imprecionante...
Da pena que algunas emociones humanas sean tan destructoras, ésta lo pagó muy caro. Una historia terrible, porque en los resultados la que no era bruja sse comportó como una bruja malvada.
ResponderEliminarUn abrazo de buena bruja :)
estar dispuesta a todo con tal del conseguir el amor. En esos momentos puede el corazón a la razón
ResponderEliminarUn abrazo
Una persona enceguecida por los celos es el arma más peligrosa que pueda haber, por eso elegí este final, para que este impacto castigara a la protagonista por ser tan pasional y tan poco pensante.
ResponderEliminarGracias a todos.
Un beso.
Que pena, no saber reconducir las situaciones... no se puede jugar con el mal para resarcir el odio que supone una infidelidad. Un solo matiz, no hay mas culpable que él, la traición siempre es del que se supone ama ¿no?, muchas personas culpan a la parte que no conocen porque prefieren ser ciegas y mantener un amor que ya no les corresponde, en este caso a un precio muy alto.
ResponderEliminarBesos
buenos días sindel...hice tareas de la casa. no hice las del cuerpo: aun no me he duchado...eso vendrá para después de comer..puessabes, estaba pensando todo el rato en subir acá y comenzar a leer el jueves. comencé por ti, pues se dice que los últimos en comentarme serán los primeros...o casi mejor dicho, las últimas brujas, serán las primeras...
ResponderEliminarpor cierto, tu bruja era mala, pero mala por quer en no siendo bruja, va y acierta, va acierta con la hija...
acá, sabes sindel, me refiero a españa, creo que nunca considerarímaos bruja a una lectora del futuro...asociamos más a la bruja con la escoba, con la inquisición, con la bruja de blancanieves, creo...
una vez dicho eso, te diré que no he podido evitar hacerme con una idea, mejor dicho, rememorar que las grandes telenovelas nos vienen o venían de ahí, de hispanoamérica...y esto me lo ha recordado la trama de tu jueves...alguien era mala..¿la bruja? ¿alguien era celosísima? ¿la mujer? amoríos...etec...no sé...es una idea a la que me has llevado..
por otra parte, y al leer tu comentario a mi jueves, he comprobado una cosa: los hispanos tenéis un humos distinto al nuestro...no sé dónde está la dferencia, pue slo que ahora estoy haciendo es ratificar más d euna conversación con gente de ese lado dle charco que me lo ha dicho en más d euna ocasión...y esto lo digo por que te has reído con mi jueves, y sin embarlo,los españoles, no...
serán las brujas¡¡¡
medio beso, sindel.
Que hija de ... la bruja, tanto adivinar y no ver que era amor de padre lo que ocupaba el corazón de ese hombre.
ResponderEliminarSindel que yo te aprecio mucho, pero que tenias en la cabeza cuando escribías el dicho relato ?
Besos hechizados
Sindel...y a mi que me suena ese despecho ciego que conlleva daños colaterales muy dolorosos. De cualquier acto somos responsables, ningún conjuro esegura un resultado que convence, nada es gratuito ni la supuesta mágia.
ResponderEliminarMe quedo pensativa, hechizada y añado un besito.
Terrible relato, aqui si que cabe decir, los celos no muestran jamas amor, solo inmadurez, y desconfianza, la venganza algunas veces se vuelve contra el que la ejerce, Un beso libre de malas artes Sindel.
ResponderEliminar¡Terrible! La historia tiene una cohrencia total, con ese trágico final.
ResponderEliminarBesos.
Me gustó, me recuerda a uno que escribí para la noche de San Juan, en el mío también la bruja le hizo un conjuro, solo que en mi relato se volvió contra ella. Me gusta ver las distintas visiones que tienen cada uno de los jueveros, y eso que no los puedo leer a todos. Buen fin de semana. Besitos.
ResponderEliminar..uff... què relato!!! qué venganza!! qué dolor!!!
ResponderEliminarTus palabras conmueven, movilizan, atraen nuestras emociones, porque no es posible la indiferencia. Bien narrado entonces. Un buen jueves, entonces...
besos brujos (pero buenos, eh!!)
Ayyyyyyyyyy! qué espanto!...semejante castigo no se lo deseo ni a la persona más egoísta y miserable!...vale tenerlo en cuenta a la hora de desear males ajenos!
ResponderEliminarUn abrazo, buen fin de semana.
El relato tiene un fallo en mi opinión, no deberías haber mencionado la existecia de la hija al principio. Se intuye lo que va a pasar y pierde todo el misterio.
ResponderEliminarMe habría dejado K.O. un final diferente, inesperado.
Con todo mi cariño.
Alfredo
¡Ay, que impresion! Cierto que la venganza no es buena en ningun caso.
ResponderEliminarY que miedo esas brujas que utilizan sus poderes para el mal, con lo divertido que es un aquelarre juevero sin mas magia que la palabra.
Besos
Alfredo: yo también pensé en sacar la parte de la hija que está al principio, pero después me dí cuenta que quedaba aún más fuerte el final. Igual te agradezco la sugerencia, siempre es bueno aprender, un beso.
ResponderEliminar¡Ay, que impresion! Cierto que la venganza no es buena en ningun caso.
ResponderEliminarY que miedo esas brujas que utilizan sus poderes para el mal, con lo divertido que es un aquelarre juevero sin mas magia que la palabra.
Besos
Gracias a todos por la visita, sé que es un relato fuerte, pero es tan solo un relato, que espero que jamás y en ningún caso se haga realidad.
ResponderEliminarUn abrazo a todos :)
La venganza y el odio irracional, acompañantes del ser humano desde sus inicios. Un relato sólido que se lee casi con la misma prisa que vive la protagonista.
ResponderEliminarLo peor es que en este juego de ilusiones y decepciones adivinatorias esta cerca de la realidad en muchas personas.
Un beso
Es así Manuel, hay personas que enceguecidas por los celos, son capaz de hacer cualquier cosa sin medir las consecuencias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me encantó la forma que le diste a este jueves de aquelarre, hechizo, conjuro de una bruja que no es otra que Mirta que se envenena con los celos no teniendo en cuenta que el significado de Amar abarca mucho más que el enamoramiento, con esa ausencia de matiz deja ciega a esa hija a la cual adora. La hija pobrecita no tiene la culpa pero esa culpa pesará por siempre en Mirta. Muy buena historia que mantiene desde el principio el deseo del desenlace. Encantada de visitar tu Blog. Un beso.
ResponderEliminarLo veía venir desde el principio, nos diste la pista al hablar de la niña que ocupaba su tiempo, si lo quitas, el final sería apoteósico, duro y perfecto, sisisisi, muy buen relato, miles de besosssssssssss
ResponderEliminar¡Ayy el mounstruo de ojos verdes!! los celos son terribles consejeros. No son esas decisiones (la de dañar a conciencia a alguien, aun desconocido y que te este jugando una mala pasada)para tomar a la ligera. Nunca se pueden medir completamente las consecuencias, hay que tener despues las b..suficientes para bancartelas lo mismo que la desición de dañar.
ResponderEliminarBuen relato y mejor llevado el suspenso Sindel.
Perdón por pasar tarde, pero es que voy lenta siempre leyendo a todos
Te mando un gran beso
Uff que escalofrio me ha producido tu relato..la venganza asi es terrible..
ResponderEliminarUn beso