Una
nostalgia repentina le arrebató la calma. Se recostó sobre la cama, y cerró los
ojos tratando de conciliar el sueño.
Su mano se
topó con el vacío que anidaba a su lado, entre las sábanas frías y prolijas.
Palpó el hueco de las ausencias repetidas; la nulidad de los deseos sin
horarios; la necesidad inútil de un abrazo que no viniera de sus cobijas.
Abrió los
ojos, el resplandor de la luna iluminaba pálidamente su cuarto. El aire estaba
impregnado de soledades ya conocidas.
Varios
frascos de perfumes importados brillaban sobre la cómoda, unas flores no tan
frescas en un jarrón habían desparramado sus pétalos secos sobre el piso.
Un millón de
pensamientos se le atragantaron en la garganta, palabras reprimidas tantas
veces, lágrimas casi siempre enmascaradas. Ella nunca había tenido derecho a
los reclamos.
Una angustia
avasallante le oprimió el pecho.
¿Cuántos
años habían pasado? ¿Cuántas esperas había soportado?
Nunca nada
había cambiado. Las raíces de ese amor solamente habían florecido en forma de hiedras
que, multiplicadas, habían hecho de su vida un jardín desolado
donde reinaban los inviernos.
La penumbra
de la noche le había invadido el alma con fantasmas añorados, vio pasar todos
esos momentos solitarios de su vida, como en otras tantas noches en las que
ella misma había negado esa sensación de infelicidad que la asaltaba.
Pero esta
vez era diferente, no pudo negarlo. Ésta vez estaba cansada de ser esa sombra
expectante en la que se había convertido.
Miró los pétalos caídos. Estaban marchitos, desterrados de esa flor que
había elegido irrigar su savia hacia otro lado.
La oscuridad
le trajo paradójicamente esa claridad que pocas veces nos ilumina la vida para
poder decidir algo.
Un llanto
sanador le corrió por las mejillas, sus miedos a perderlo se habían disipado.
No podría perder algo que nunca había tenido.
En la
quietud de la noche vio la realidad y supo que ya estaba lista para
dejarlo.
Sindel Avefenix
Más relatos, en la quietud de la noche, en la casa de Mónica
Nena!!! me encantó! te felicito nena!
ResponderEliminarAmén esta frase: "La oscuridad le trajo paradójicamente esa claridad que pocas veces nos ilumina la vida para poder decidir algo" hermosa!
Gracias Cyn!!! que bueno que te haya gustado amiga!!! Un abrazote!!!
ResponderEliminarSer "la otra", la clandestina tiene sus riesgos y sus grandes costos. no compartir las noches es uno de ellos y quizás es ese -como relatas en tu historia- el momento oportuno para ver la realidad mucho más claramente que a pleno día.
ResponderEliminarMuy buen aporte juevero!
Un abrazo
Cuántas soledades todas distintas en la quietud de la noche.
ResponderEliminarLa soledad se hace presente sin afeites, sin huidas, desnuda, melancolica en pétalos muertos, desesperada buscando un jardín perdido en el invierno. Sindel,en tus bellas y dolientes palabras me duele esa tristura, pero está lista para dejarlo, se hace luz y se hace decisión en medio de la noche.
Besito.
Para ella fue la noche, para mí siempre es el mar, sólo él me aclara y se lleva los fantasmas con las olas.
ResponderEliminarUn beso y un café, amiga! Feliz día.
A veces el temor a tomar decisiones tan definitivas es un padecimiento que se nos traga noches enteras... y es que bajo el amparo de la noche, el desamparo se magnifica. Pero tarde o temprano el punto final viene a modo de suspiro de alivio, a hacernos más liviana la vida y menguar las tristezas.
ResponderEliminarMuy buen relato donde plasmas la soledad con mucho acierto. La frase: " Palpó el hueco de las ausencias repetidas"... qué sensación fría y solitaria transmite!
Un beso al vuelo:
Gaby*
Momento lúcido: que hermoso aporte de la noche.
ResponderEliminarLa noche también tiene sus momentos de introspección y de búsqueda de la realidad que nos envuelve. Ella fue consciente de que "No podría perder algo que nunca había tenido" y se encontró lista para dejarlo. La lucidez de ideas es una de las grandes clarividencias que trae la soledad de la noche, son los mejores momentos para pensar con calma y con claridad y muchas veces es el mejor momento para tomar las más importantes decisiones.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Un abrazo
Hay veces que a noche nos despeja muchas dudas y nos aclara las ideas,de ahí lo de consultar con la almohada no?
ResponderEliminarCuánta soledad y vacío en tu relato!
Qué bonito!
Un beso
Bonita y triste historia de desamor. La espera sin esperanza es lo peor que hay; pero si al final una se da cuenta de la verdad y es valiente, asumiendo su error, siempre podrá recobrar su vida.
ResponderEliminarUn abrazo
En esa quietud, en ese reposar, en esa introspección, con una calma que llega después de grandes tormentas, parece que se apodera y se toman muy buenas decisiones. Que bien contado ese momento.
ResponderEliminarUn abrazo.
A pesar del gran vacío y la soledad que destila la protagonista, en esta ocasión recibió de la noche un "regalo". Al parecer, consiguió ver con nitidez la realidad y tomar una importante decisión. Un bello texto, Sindel, me ha gustado mucho. Un beso.
ResponderEliminarLa noche parece ser una aliada para tomar decisiones importantes, no sólo consultar con la almohada, sino que es el único momento en el cual se está más solo/a para reflexionar sobre la vida y sus caminos. Un texto precioso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Habrá que esperar al día para ver si se mantiene fuerte y cumple lo pactado con la noche. Cambian mucho las cosas a la luz del sol. Y somos tan indecisos.
ResponderEliminarDemasiadas noches de agónica soledad y sábana fría…bien está que la noche le trajera la luz.
ResponderEliminarDiferente tu relato, otro punto de vista, me ha encantado.
Saludos.
Muchas mujeres viven encadenadas a esa soledad que tan magníficamente describes. En la vida de ellas debería de existir siempre una noche en la que tomar la decisión de romper para siempre con esa situación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues resultó ser la mejor de las noches, en esa quietud fue capaz de tomar la decisión correcta para acabar con su soledad. Seguro que después llegarían otras noches a solas, pero con una soledad elegida siempre son mejores.
ResponderEliminarUn beso.
Mar
Y la oscuridad trajo la luz como decís en tu escrito. Cuanto tiempo perdido, de esperas interminables, de incertidumbre. Era hora de que tomara la decisión, a veces una conducta de años se modifica con un minuto de reflexión, un click fundamental y salvador.
ResponderEliminarMe gustó mucho la imagen del jardín desolado.
un beso
Muy buen relato Sindel, lleno de frases con mucho contenido.
ResponderEliminarUna historia muy visual, que que te hace olvidar a la propia noche... ¡Es día para ella!
Felicidades.
Besos
Clarividencia, que muchas veces deja la noche y ensombrece el día. En el caso que narras confío mantuviera esa protagonista minusvalorada por quien debiera amarla.
ResponderEliminarBesos, amiga.
he leído tu texto, ahora voy a robarte perlas que desde, mi punto de vista, son una preciosidad...allá voy...
ResponderEliminar1.- Palpó el hueco de las ausencias repetidas; la nulidad de los deseos sin horarios; la necesidad inútil de un abrazo que no viniera de sus cobijas.
2.- Las raíces de ese amor solamente habían florecido en forma de hiedras que, multiplicadas, habían hecho de su vida un jardín desolado donde reinaban los inviernos.
3.-pétalos ... Estaban marchitos, desterrados de esa flor que había elegido irrigar su savia hacia otro lado.
estar perlas te las robo...así, a golpe de copiar y pegar,por que son merecedoras de ser destacas...y releídas...
medio beso, sindel.
Que relato más duro y bueno, Sindel. Me ha conmovido. Así da gusto, adentrarse en los escritos.
ResponderEliminarUn besazo.
Bien por ella!!
ResponderEliminarUn hermoso relato deshojado pétalo a pétalo. Narrado con un dulce ritmo, se deja uno llenar letra a letra.
Felicidades Sindel.
Un abrazo
Las ausencias se hacen siempre mas presentes en las noches, quizas por no estar arropados pro las distracciones del dia.
ResponderEliminarUn beso
La noche abre ese mundo que a veces queremos ignorar, no siempre es protectora o si, depende del matiz y en tu relato esas confidencias propias y esa apertura hacia la realidad al menos es clarificadora...
ResponderEliminarAlgunos momentos de tu retalo son memorables aunque salgan del dolor
Besos
Clarividencia, bendita clara evidencia. Bs.
ResponderEliminarmuerte y resurrección. Son necesarias las cenizas, las verdaderas cenizas para volver a empezar.
ResponderEliminarHágase la luz! y la luz de hizo.
ResponderEliminarUna noche larga que abarca todo el texto, para terminar en ese rayo de luz de las últimas palabras.Bien por la protagonista y mejor por la escribiente que nos regala este bello relato.
besos y abrazos mil
Magnifica toma de conciencia de la realidad durante tanto tiempo ignorada. Llegó su momento.
ResponderEliminarMágicas palabras.
Besos
Hola Sindel, lo primero pedirte disculpas por mi tardanza, pase el fin de semana fuera de casa.
ResponderEliminarSegundo : Algunas veces la noche, como a tu protagonista nos dá la respuesta , y la fuerza para decidir ¡ Que ya es tiempo de dejar atras una realidad que no encierra mas que soledadas !
Valiente en la decisión, seguro que la siguiente noche dormira tranquila sabiendose dueña de sus noches y sus futuros dias.
Precioso relato, lleno de sentimientos
Besos guapa.
¡Qué liberador, realmente! A veces así ocurre: la noche nos muestra la puerta de la libertad y es fantástico, igual que estupendo es tu relato.
ResponderEliminarUn abrazo
Mari Carmen Polo