El pacto
Había
vendido todas sus pertenencias, lo único que le quedaba era un lienzo blanco,
algunos óleos y un pincel.
La dueña de
la pensión le había pedido que dejara la habitación apenas amaneciera.
Ya sus
ruegos a Dios se habían agotado, ni las musas estaban de su lado.
Se subió a
la silla y anudó la soga en la viga, la colocó algo floja alrededor de su cuello. Y cuando
estaba dispuesto a saltar, una sombra negra se le puso enfrente. Le ofreció la
inspiración que necesitaba para crear su mejor cuadro a cambio de su alma.
El pintor
aceptó el trato sin dudar, pero antes de que se diera cuenta, la sombra pateó
la silla, y se llevó su alma riéndose a carcajadas.
Más pactos diabólicos en lo de: Gustavo
Cruel y burlesco diablo, al parecer esa alma la tenía asegurada.
ResponderEliminarNo esperaba menos del típico tópico representante del mal. Besitos Sindel, bien regresada a los jueves.
¡¡Se le va a escapar algo al diablo!! Por algo es diablo. Jeje. La pena es que nos quedamos sin ver la obra.
ResponderEliminar;)
Un besote
¡Qué miedo!No puedes creer a la gente y menos al diablo. Un buen final.
ResponderEliminarUn abrazo
jajjaja claro!...cómo va uno a pensar que el diablo va a respetar los contratos que firma!...por algo es lo que es!
ResponderEliminarUn abrazo.
Genial este cuento corto y poderoso. Con muy pocas palabras construyes un cuento terrorífico y de engaño. El diablo sigue siendo "El Gran Cabrón". Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo Sindel.
No te puedes fiar casi de nadie, pero del diablo, sí que no, tu artista pecó de confiado.
ResponderEliminarUn besito
Cómo cayó en la trampa el pobre pintor! Y eso que tenemos engaños a la orden del día. Qué podía esperar del mayor maligno!. Me ha encantado el cuento.
ResponderEliminarUn beso.
Cruel treta! Pero el diablo bien sabe como elaborar la trampa y a qué víctima escoger. Un artista con falta de inspiración puede ser presa fácil.
ResponderEliminarMuy buen relato y un gusto leerte otra vez!
Besos al vuelo:
Gaby*
Muy, muy bueno. Me ha encantado.
ResponderEliminarAl final todos tenemos un precio y estamos dispuestos a vender nuestra alma por lo que más amamos. 'Pero debemos tener cuidado de con quien hacemos el trato!
Un beso
Mar
El final resultó ser el mismo, pero encima entró el cruel diablo engañándole vilmente, definitivamente, la inspiración del artista acabó para siempre. Un beso, Sindel, y me alegro de volver a leerte. :)
ResponderEliminarrecuerdo ahora que ya te había leído ahce un par de días. claro está que no dejé comentario,pues tengo mis manías. recuerdo ahora que pensé lo mismo: sindel ha hecho un muy muy buen micro. ¿por qué? por el ingenio, para empezar; por el giro inesperado del final; por la claridad al relatar, por hacer avanzar la historia buenamente cuando esto es difícil bajo el condicionante de las 125 palabras...y así...
ResponderEliminarmedio beso...
p.d.
casi que prefiero pactar con el diablo de mi texto que con este tuyo...¡¡será cabrónnn!!
No se puede uno fiar ni del diablo, tenía prisa, no pudo esperar. Terrible contrato este.
ResponderEliminarUn abrazo Sindel.
Buena apuesta ofrece el diablo en tu relato, lo malo es que el diablo siempre juega con cartas marcadas.
ResponderEliminarUn beso
Guau! Qué relato! Es buenísimo! Me parece lo mejor que he leído esta semana hasta ahora (voy como por la mitad).
ResponderEliminarBesos, Sindel.
Muchas gracias a todos por sus lindas palabras, se me hizo difícil escribir tan cortito, pero me alegra mucho que les haya gustado!!!
ResponderEliminarUna hermosa bienvenida!!!
Un abrazo enorme a todos!!!
Pobre pintor, el hombre se fió del mismo Diablo, me da que ya había poco hacer y este mecenas debe tener un valioso museo...
ResponderEliminarBesos
Sensacional! breve e intenso...
ResponderEliminarSuena esa carcajada. Que crudo.
Un beso
creo que esa sombra que todos llevamos dentro, nos puede traicionar de modo inesperado y a pesar del ahinco en la lucha, vencernos...
ResponderEliminarUn cuadro ni siquiera comenzado y que sin embargo le costó toda la eternidad. Está claro que con un trilero como el diablo, que nos hurta la bolita, está desaconsejado negociar.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.