Corrían por mis venas secas e inflamadas
estafas cícilicas, muertes reiteradas,
miedos constantes, ausencias enmascaradas,
soledades invisibles, llagas perpetuadas.
Recubrían mi piel esperas profanadas
brotes no natos, mentiras maceradas,
palabras vacías, lágrimas ahogadas,
tristezas antiguas, cicatrices alienadas.
Hasta que llegó de golpe la verdad callada,
se inyectó en mi sangre, filosa, espada.
Penetró mis poros, directa, aguzada
y arrancó de cuajo mi vida angustiada.
Entreví en la sombra un alma desolada
esperando un cuerpo que la necesitara.
La miré de reojo, ya
estaba preparada
brilló al acercarse, nos unió la esperanza.
Encendió las luces, renació mi mirada.
Liberó mi garganta de la mano helada.
Pude tomar aire, y en esa bocanada
ganó mi conciencia la paz que buscaba.
Sindel precioso y real poema, que evoca claramente el reflejo de tu ya pasada henfermedad, Sos versos son prufundos y sus metáforas fiel espejo del dolor sentido.
ResponderEliminarPrecioso.
Muchas gracias Pablo, a veces hace falta renovarse de todas las enfermedades que nos corroen.
EliminarUn abrazo :)
Qué bueno es Sindel, cuando encontramos esa bocanada de aire que purifica y nos quita de encima el miedo, el dolor, todo sufrimiento. Lo has expresado de una manera que realmente sale de las entrañas. La verdad cuando encuentra su voz, se hace escuchar.
ResponderEliminarUn beso al vuelo:
Gaby*
A veces uno se miente a sí mismo sin darse cuenta que los daños son más graves que la misma verdad. A veces una bocanada de aire nos devuelve la vida como en este caso. Y es cierto sale de las entrañas esa sensación de renacer a la verdad.
EliminarGracias Gaby por leerme y tus palabras.
Un besote :)
Hermoso y esperanzador poema, Sindel. No creo que sean necesarias más palabras.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Muchas gracias Pepe, me alegra que te haya llegado de esa forma.
EliminarUn abrazo enorme :)
creo que hemos decidido enumerar todos y cada uno de los logros y pérdidas que hoy a la distancia, aprendimos a justificar, y a entender, para amanecer renovados.
ResponderEliminarUn abrazo
Cuando ya no se puede seguir justificando el dolor es hora de renovarse con la verdad callada.
EliminarGracias por pasar, besitos
Interesante acercamiento, es profundo. A veces, esa mano helada, resulta mas cálida que algunos momentos de la vida, aun así la vida es un milagro con todas sus implicaciones. Me dejaste helado!!
ResponderEliminarMuchas gracias Carlos, si te dejé esa sensación, o cualquiera es que mi poema te llegó, y ya me puedo dar por satisfecha.
EliminarUn abrazo!!!
Muy buen poema. Simplemente excelente. Un beso
ResponderEliminarMuchas gracias Gastón y que halago son tus palabras viniendo de un poeta como vos.
EliminarBesitos :)