Convocatoria: Este Jueves un relato "El árbol de los ahorcados"

Según cuenta la leyenda…

Un jueves de cada enero aparecen los cuerpos de los colgados en varios árboles, por distintos campos y bosques.

Ellos vienen a contar sus historias, sus alegrías y las tragedias mientras vivieron, y también los motivos de su aciago final.

No hay razón para temerles. Ellos solo quieren ser escuchados.

"Tengo que hacerlo… Qué Dios me perdone, pero es lo mejor para todos…

Esta mañana me desperté sintiéndome muy cansado, como si no hubiese dormido. Corrí las sábanas que me cubrían y vi que estaba vestido, mi camisa estaba hecha jirones, mis manos estaban sucias y debajo de mis uñas había restos de carne. Me levanté atolondrado y lo que vi en el espejo del baño me dio escalofríos. Tenía arañazos en el cuello y mi boca estaba manchada de sangre. Enseguida sentí un sabor metálico en la garganta, y tuve una leve sospecha de lo que había ocurrido.

Corrí a la cocina y encendí el televisor mientras mis manos temblorosas preparaban un café para poder centrarme en mi eje de realidad. El noticiero anunciaba que habían encontrado en el parque dos cuerpos. Uno de ellos pertenecía a una mujer adolescente, no tenía signos de violación pero su garganta había sido literalmente arrancada a dentelladas. El otro era un muchacho, aparentemente el novio de la chica, y estaba destrozado, lo habían abierto en dos y no estaban ni su corazón, ni sus vísceras. Una carnicería, un crimen que no sabían cómo resolver. Todos las conclusiones apuntaban hacia algún animal salvaje que se había escapado de quién sabe dónde.

Supe que había sido yo.  Varios recuerdos me atravesaron la mente.

Todos mis colegas me habían advertido que tenía que parar con mis experimentos, que debía  probar esas drogas nuevas en animales y no sobre mi persona, pero no les hice caso. Quise ser el mejor y ofrecer resultados seguros sobre los humanos. Quise encontrar una cura para esa maldita enfermedad que se llevó a mi hijo, pero en mi desesperación terminé creando a este monstruo en el que me convertí.

Tengo que hacerlo… Qué Dios me perdone… Es lo mejor para todos."

Dr.  Remond 

Sindel Avefénix

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