El bosque
Algunos decían que estaba loca, tan jovencita y harapienta. Pero a ella no le importaba lo que pensaran los demás.
Ya desde muy pequeña un bosque imaginario había sido su refugio. Casi todos los días cuando llegaba su padre y comenzaban las discusiones ella se metía abajo de la mesa, cerraba los ojos y se escapaba a ese lugar. Caminaba con sus pies descalzos sobre el pasto, corría a las mariposas, escuchaba el canto de los pájaros y respiraba ese aire suave que le daba paz.
Eso la ayudaba a tapar los gritos de sus padres, y a evadirse para poder soportar las palizas que le seguían, porque siempre se descargaban con ella. A veces se despertaba después de muchas horas, con el cuerpo adolorido y la madre a los pies de su cama llorando al ver lo que le habían hecho. Por supuesto solamente dejaba los ojos abiertos unos segundos, observaba esa escena repetida tantas veces y luego los cerraba para viajar a su bosque.
Hasta que un día decidió que quería habitar el bosque para siempre, seguramente los animales que lo poblaran serían más benévolos con ella que los salvajes de sus padres. Tomó una muda de ropa, un pedazo de pan duro y se largó a caminar por las calles, se subió a trenes y viajó hasta encontrar un parque enorme alejado de la ciudad donde instaló sus huesos. Juntó cartones, se hizo amiga de los perros del barrio, se armó una casita imaginaria con techo de bolsas de residuos y se quedó a vivir ahí. Si había para comer comía y sino se aguantaba el hambre tal como siempre lo había hecho desde que tenía recuerdos. Nada se podía comparar a esa libertad.
Algunos decían que estaba loca, tan jovencita y harapienta... Pero a ella no le importaba lo que pensarán los demás, después de todo por fin había encontrado su verdadero bosque, y ese sería para siempre su hogar.
Sndel Avefenix
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Decían que estaba loca pero nadie se planteaba que la había llevado hasta ahí, tan jovencita. Y mucho menos, si podían hacer algo por ella. Pero criticar es más fácil. Y mientras tanto, tan tranquilos con su noción de cordura.
ResponderEliminarMuy buen escrito.
Y es raro que alguien se siente a preguntarle al otro que razones lo han llevado a eso. Así es el ser humano a veces tan egoísta. Más fácil catalogar de lejos que acercarse.
EliminarUn abrazo.
He sentido tentaciones, pero soy cobarde. Buen relato.
ResponderEliminarNo sé si fue un acto de valentía, creo que fue una necesidad extrema.
EliminarUn beso.
Algunos padres no quieren darse cuenta de todo el dolor que producen con su pésimo comportamiento, solo se ven así mismos y descargan sus frustraciones y cobardias en los niños...No piensan que esas heridas del alma son muy dificiles de curar...Ojala la protagonista de tu relato encuentre alguien que le ayude a salir de tanto dolor y la enseñe a amar.
ResponderEliminarDuro pero tan real....Besos guapisima.
Gracias Lucía, hay padres que no merecen serlo, que descargan sus frustraciones tal como vos lo decis en los niños, anulando esos retoños inocentes que son nuestra continuación.
EliminarUn besote.
los dolores del alma que son mucho mas fuertes que los de unas manos despiadadas, hacen salir a cualquier refugio donde encontrar algo de paz, lamentablemente tenemos cantidad de niñas, que las creen locas, buscando un abrazo de cartón donde curar un poco el frío de muchos corazones.
ResponderEliminarQue tristeza! Pero tan cierto.
Un abrazo bonita Sindel :)
Es cierto hay tantas niñas, tantas soledades y desamparo. Ojalá algún día encuentren el amor, la razón de sus vidas para curar dolores pasados.
EliminarUn beso hermosa Cecy.
Cuántas veces habré sido yo esa jovencita harapienta. Muy chulo , salud ! ^^
ResponderEliminarTu comentario me deja pensando, pero creo que ya no lo sos, así que mejor dejar atrás esos momentos y tomar de ellos lo que nos hayan enseñado.
EliminarUn beso enotme.
Todos tenemos un bosque al que huir cuando las cosas se ponen feas y pobre del que no lo tenga.
ResponderEliminarSí todos tenemos un bosque, pero lo bueno es que decidimos volver.
EliminarUn beso.
Se inventó un bosque ideal para huir del terror y en él vivía libre sin importarle ser una harapienta.
ResponderEliminarLa imaginación nos salva aunque sea a costas de cierta locura.
Genial tu idea del bosque mágico.
Besitos.
Muchas gracias Natalia, a veces yo también me voy al bosque, mágico y pacífico. Pero después vuelvo porque la realidad es otra y hay que enfrentarla.
EliminarUn besote.
Cuando uno vive en un infierno es fácil buscarse un mundo donde hallar seguridad y sobretodo paz, donde sentir que todo te pertenece y donde a pesar de lo que digan tu estas en tu lugar.
ResponderEliminarBesos
Y a veces es mejor largarse a esos lugares y volver a empezar aunque sea con las manos vacías.
EliminarUn beso.
Compartes con nosotros una idea muy próxima a esa necesidad de huir de una realidad que nos agobia y nos disminuye. Al fin de cuentas, la libertad muchas veces desde fuera se debe ver como un acto de locura y estupidez. ¿Quién puede tirar la primera piedra, cuando todos queremos huir de esa infierno de cemento?
ResponderEliminarun fuerte abrazo y unas gracias enorme por esa sensación de libertad que nos tramite tu protagonista.
Todos en algún momento queremos salir corriendo de la realidad, a veces esos bosques nos ayudan a tomarnos el tiempo para pensar y poder regresar con decisiones tomadas.
EliminarUn beso enorme luminosa Cass.
Amiga que buen relato me a encantado pues ciertamente es muy real y muy triste
ResponderEliminarMuchas gracias María!!! Un besote.
EliminarQué historia tan triste. Me resulta agridulce la libertad de tu pequeña protagonista, más feliz y libre viviendo entre bolsas de plástico y huérfana desde que nació.
ResponderEliminarEs una libertad triste, casi solitaria y con pocas esperanzas, pero mejor que esa esclavitud golpeada.
EliminarUn beso.
Una historia triste que se parece mucho a tantas verdaderas!
ResponderEliminar=(
un abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarAsí es Moni, muchas más de las que se dejan ver.
EliminarUn beso.
No hay peor bestia que un ser humano sin corazón, las del bosque, a su lado, son dulces gatitos.
ResponderEliminarBesos
Cuántas veces catalogamos a los animales como bestias, cuando la peor está dentro nuestro si la dejamos salir.
EliminarUn beso.
Se construyó un bosque imaginario como habitat al que escapar de una realidad dura, cruenta, inhumana. Cuando no le fué suficiente con imaginarlo, lo buscó y lo hizo suyo. Las privaciones siempre serían mejores que la cruda realidad que la obligó a buscarlo. Triste, pero intuyo que detrás de muchos seres marginales existen historias como la que nos narras.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Qué bien interpretas todos mis relatos Pepe, me encanta leer tus conclusiones porque son exactamente lo que quiero decir.
EliminarGracias!!! Un abrazo enorme.
Qué triste, Kari! Creó su propio bosque que le daba la seguridad y la paz que necesitaba...
ResponderEliminarGenial!
UN besote, guapa!
Es que no le quedó otra alternativa Tere. Así es la vida a veces, triste.
EliminarUn besote amiga.
Muy bonito tu relato. Tienes un buen nivel como escritora y nos conectas muy bien con la historia. Detrás de cada persona que vive en la calle hay una historia que les empujó a vivir de ese modo. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarAlberto me halaga que me digas eso, viniendo de vos es un premio a lo que hago. No puedo pedir más. Muchas gracias!!!
EliminarUn beso.
Me ha encantado, más vale pasar por loca y harapienta que seguir en aquella injusta vida. Buscó su bosque y su libertad, lejos de los maltratadores.
ResponderEliminarBesos.
Leonor
Es mejor quedar sin nada, porque igual nada tenía si uno se pone a pensar.
EliminarUn besote.
Un resumen puede ser aquello de que el hombre es un lobo para el hombre. Y un lobo que no ataca sin necesidad, también lo hace por otras razones, como la frustración.
ResponderEliminarBesos.
No hay peor bestia que la llevamos dentro Juan Carlos, es cuestión de domesticarla y ser simplemente buenas personas.
EliminarUn abrazo.
Menos mal que encontró su bosque, el de verdad. Me agrada la idea de pensar en el bosque como un santuario, un pedacito seguro y confortable. Verde, como la esperanza de la libertad.
ResponderEliminarUn beso.
Qué lindo lo dijiste, un santuario, me encantó.
EliminarGracias por tu comentario.
Un beso.
Muy bueno y utópico relato. Personaje de cuento de esos de llorar y llorar.
ResponderEliminarTexto conseguido y conmovedor.
besos
Gracias, si logré conmoverte me doy por feliz.
EliminarUn beso.
Es penoso pero en nuestra sociedad hay muchas personas que viven la situación de la protagonista y no pueden o no saben tomar esa decisión que les conduciría a liberarse.Vaya por delante mi admiración a todas esas personas valientes que saben decidir, y a tí Sindel, felicitarte porque has construído un relato que emociona.
ResponderEliminarMuchas gracias Patricia, es un placer saber que mis relatos provocan sensaciones, y hacen pensar.
EliminarUn abrazo enorme.
Un bosque y una vida a su medida. Libre por fin puede respirar sin sentir miedo. Una protagonista muy fuerte. Preciosa historia, triste, sí por lo real que llega a ser, pero preciosa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias San, es triste pero al final pudo ser libre, aunque pagó un precio un poco alto.
EliminarUn beso.
Es una pena que pasen estas cosas; pero con una situación familiar como esa, sólo la salvó su imaginación. Algo que es muy importante en todas las vidas.
ResponderEliminarMe gustó
Un abrazo
Es una pena la situación familiar que le ha tocado vivir a esa pobre niña. Sólo le salvó la imaginación, ese mundo imaginario que al final se tuvo que inventar.
ResponderEliminarMe ha gustado
Un abrazo
Un bosque como refugio de su vida real, qué bonito! Nos quita la idea que tenemos del bosque como algo siniestro, frío y que da miedo, también puede ser un lugar acogedor. Un a historia muy original, lástima que sea tan triste y tan real!
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