Nota: Hoy se cumplen 33 años de una de las peores cosas que pasaron en mi país, la guerra de Malvinas. Sé que ningún homenaje ni palabra es suficiente para apaciguar el dolor de los que la vivieron allá, pero en honor a todos los que tuvieron la suerte de regresar y a todos los que no regresaron, a mis amigos y a los que no conocí, y a todos aquellos a quienes les robaron la vida y la adolescencia, escribí este pequeño relato, apenas un grano de arena de todo lo que pasó, pero a veces es mejor no agregar nada más.
Ring ring...
El timbre rompe el silencio de todos esos meses de angustia y esperas. Por fin había llegado el día. Estuvo toda la mañana limpiando la casa y cocinando cosas ricas. También se puso algo de maquillaje para disimular las líneas que la desesperación de la ausencia le habían ido dibujando en el rostro.
Corre hasta la puerta y al abrirla la invade un mundo de sensaciones. Allí frente a ella está otra vez su hijo. Parece que tuviera diez kilos menos y diez años más.
Sus miradas se encuentran y se funden en un abrazo inmenso.
Recién allí el mundo de ella se vuelve a pintar de colores, se impregna con el canto de los pájaros y le devuelve de un soplo la vida.
Ring ring...
El timbre suena bajo la presión de sus dedos, se mira las manos temblorosas mientras espera que se abra la puerta de su casa. No puede creer estar de vuelta. Todavía rondan en su mente todos esos meses en las islas, sintiendo el aullido del viento, tiritando de frío y desolación. Sus lágrimas nocturnas frente a lo desconocido, el tiempo que le robaron en nombre de la Patria, y su inocente adolescencia que pendía sobre el gatillo de un arma que no sabía utilizar.
Al abrirse la puerta ve a su madre. Parece más delgada y lleva en el rostro unas marcadas ojeras que el maquillaje no logra disimular. Sus miradas se encuentran y se funden en un abrazo inmenso. Y recién allí el mundo vuelve a ser para él un abrigo, el paño de sus lágrimas, y le devuelve suavemente un poco de paz.
Sindel Avefénix
Todos los textos que están expuestos en este blog son propiedad intelectual de mi persona y están registrados bajo el nombre Sindel Avefénix. Salvo menciones expresas de otros autores.
El encuentro después de la barbarie, un mundo que cabe en un abrazo.
ResponderEliminarSensaciones, sentimientos difíciles de explicar.
Un beso
Muchas gracias por tus palabras Rosa, eso quiere decir mi texto, Un beso!
EliminarUn mundo de sensaciones que no quisiera experimentar en mí
ResponderEliminarMe uno a ese triste aniversario y a sus gentes deseando que de una vez por todas se terminen las guerras.
Muchas gracias Tracy, aunque creo que el ser humano ya no aprende más! Un beso.
EliminarUn homenaje muy digno y merecido Aun recuerdo ese día, Fue tremendo para nosotros también Y como recuerdo también la manipulación, los manotazos desesperados por sostener un régimen que allí comenzó a caer. Mucho dolor y mucha esperanza en ese encuentro relatado con absoluta sinceridad y calidad.
ResponderEliminarbesos y grcias por visitar mi balcón.
Gracias preciosa! Es un pequeño grano de arena, para no olvidar lo que pasó, aunque habría que recordarlo todos los días. Fue un fin y un principio de otras cosas mejores pero a un alto precio.
EliminarBesitos.
En las noticias han dicho que se cumplía el aniversario, tu lo recuerdas con mucho dolor, el de la madre y el del hijo. Fue como todas las guerras inútil y cruel. Un abrazo
ResponderEliminarYa lo creo que fue inútil, y una pérdida de vidas sin razón. Gracias Ester por pasar. Un beso.
EliminarPrecioso... pero qué momentos tan tristes se tuvieron que vivir en esa guerra...
ResponderEliminarQué emoción tan enorme ese encuentro entre madre e hijo... impresionante...
Muchos besos
Gracias Carmen! Uno de tantos encuentros y desencuentros que traen las guerras. Un beso.
EliminarEstupendo relato, Sindel. Marcado de emociones narradas en forma paralela desde el punto de vista de dos de las víctimas, protagonistas involuntarios de una de las tragedias más absurdas que debimos enfrentar como pais. Merecido homenaje en esta fecha doblemente luctuosa
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Moni! Fue una locura que se pagó caro, y hoy sentí que podía recordarlo así, con poco, pero algo es algo.
EliminarUn beso.
Que duro es tener lejos a un ser querido bajo la incertidumbre de saber si le volverás a ver, pero también es duro el reencuentro cuando en su mirada ves todo aquello que a vivido y sufrido y que jamás olvidara.
ResponderEliminarBesos
besos
Hay huellas que jamás se borran, sobre todo estas que dejan las guerras. Un besote y gracias por pasar.
EliminarLas lagrimas y las risas se cruzan en un inmenso y apasionante Abrazo.
ResponderEliminarUn Abrazo.
Gracias.
Así es Olga, muchas gracias por tu visita, un abrazo.
EliminarQue tristes son las guerras, siempre injustas por todos los que se llevan.
ResponderEliminarLo has descrito con una encantadora sensibilidad.
Un abrazo
Muchas gracias Carmen, son tiempo y vida que se pierden en la nada. Un beso.
EliminarUn gusto haber dado con tu blog, te sigo. Te invito a visitarme, saludos, Abril
ResponderEliminarGracias Abril, bienvenida a mi blog! Ya paso al tuyo. Un beso.
EliminarUn mundo de sensaciones, de sentimientos en pos de un reencuentro luego de un tiempo muy duro. Doble visión, donde las expectativas de uno y de otro, tienden a la entrega del amor incondicional y la necesidad de recobrar la paz. Un homenaje muy sentido Sindel.
ResponderEliminarBesos!
Gaby*
Muchas gracias Gaby! Es un tema que ha dejado muchas cicatrices y algunas aun se abren de vez en cuando.
EliminarUn besote.
Un precioso y sentido homenaje que pone los pelos de punta.
ResponderEliminarHorrible lo que les tocó vivir a ellos y a tantos como ellos...
Un beso enorme!!!
Fueron tiempos muy difíciles amiga, ojalá nunca más tengamos que volver a pasar por ellos. Un beso inmenso!
EliminarUna guerra que al igual que todas, no obedece sino a los bastardos intereses de unos pocos y a veces ni eso, sino a la estupidez de unos dirigentes incompetentes. Nos has contado los destrozos que las guerras originan en aquellos que padecen sus devastadores efectos. Los protagonistas de tu historia, al menos, tuvieron el consuelo del reencueentro. Otros, ni eso.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Sabias son tus palabras Pepe, las guerras no tienen sentido, solamente para los locos que en su afán de poder las declaran. Gracias por tu comentario, es excelente.
EliminarUn abrazo enorme.
Hola Sindel, al leer tu relato sentí ese dolor y tristeza, pero hubo ese reencuentro. Desconozco lo de las guerras Malvinas, creo que tener que leer sobre eso. Pero odio las guerras, quisiera que todos los países viviéramos en paz. Merecemos la paz. Un abrazo.
ResponderEliminarEsta es una de tantas guerras que ha destruído hogares, y se ha cobrado víctimas inocentes. Un gusto leerte Azulia. Beso enorme
EliminarHola. Sindel!
ResponderEliminarQue impactante, triste y meritorio relato. Una destacada narracion para diluir las emociones y sensaciones a traves de tus protagonistas. Guerras inutiles que jamas deberian pasar.
Un beso
Muchas gracias Yessy! Ya lo creo que son inútiles y sin sentido. Un beso =)
EliminarMuy emocionante. Dos realidades frente al espejo propio que el tiempo ha modificado a capricho de unos sentimientos incontrolados.
ResponderEliminarMe gustó el reflejo.
Besos
Gracias Alfredo! Un reflejo que no devuelve lo mismo que lo que fue tiempo atrás. Un abrazo.
EliminarUn giro de cámara muy interesante...la imagen de la madre y el hijo frente a frente nada más que anticipa todas las sensaciones que marcas en tu relato...muy buena idea.
ResponderEliminarBesos