Lo sé...Pero me las ingenio para negarlo...
Hace varios meses que en el negocio las cuentas no están dando. Es una pequeña empresa familiar, que siempre había dado réditos, lo suficiente para que los que trabajamos en ella vivamos cómodamente. La contabilidad es simple, lo que se vende tiene que quedar reflejado en la caja al final del día, de ahí se separan los gastos, todos controlados con sus correspondientes facturas y lo que queda es la ganancia que a fin de cada mes se reparte entre los dos socios que somos.
Pues hace meses que no queda gran cosa, justamente desde que reduje mi horario por motivos de salud y la caja la cierra el otro.
Que no se vende como antes, que hay más gastos, cualquier excusa es buena para justificar los faltantes, que, sumados, son mucho dinero.
Opté por no decir nada, tengo mis billetes ahorrados como para vivir un tiempo más sin sacar dinero del negocio, pero me duele. No puedo soportar la idea de que me estén robando en la cara, aprovechándose de la prohibición que me ha hecho mi médico sobre hacerme mala sangre o entrar en discusiones desafortunadas.
Creo que en unos meses más nos fundiremos, cosa que me da pena ya que heredé el negocio de mis padres y siempre logré sostenerlo bien. Pero me temo que tendré que vivir solamente de mi jubilación de allí en adelante. Mi mujer no sabe lo que está pasando, por ahora y hasta que llegue el momento, la mantengo al margen del disgusto, ya bastante con que yo lo sepa.
Porque lo sé. pero me las ingenio para negarlo. Es muy difícil aceptar que el que me está llevando a la ruina a costa de su enriquecimiento sea mi propio y único hijo.
Sindel Avefénix
Esta semana Mónica - Neogéminis nos invita a elegir uno de varios títulos que propone, todos muy tentadores. Para leer más pueden visitar su blog.
¡Muchas gracias Moni!
Todos los textos que están expuestos en este blog son propiedad intelectual de mi persona y están registrados bajo el nombre Sindel Avefénix. Salvo menciones expresas de otros autores.
Uy qué duro!...yo me estaba preparando para que el socio fuese su amigo de la infancia, pero no, superaste mis expectativas y me sacudiste del todo con el párrafo final...su único hijo!...qué terrible!
ResponderEliminarMe alegra que llegaras a tiempo para sumarte con este contundente relato.
Un abrazo y gracias!
Muchas gracias, Moni. Fue un gusto participar. Beso enorme.
Eliminaruffffff...metiste el dedo en la llaga....Soy de las que piensa que los hijos no le deben nada a los padres....que son libres de volar y hacer su vida a su manera sin tomarnos en cuenta...aunque duela...pero son seres con vida propia...no nos pidieron venir...en fin...no nos deben nada..solo cariño, y duele mucho cuando uno de ellos nos falla en eso...en fin....que puedo decir....cest l vie..besitossss
ResponderEliminarMuchas gracias, Mirella! A veces las cosas no salen como esperamos. Un beso.
EliminarDuele la traición del alguien, como un hijo. Quien podría ser ineficiente en el manejo de dinero, tener poco interés, pero de ahí a robar.
ResponderEliminarBien planteado.
Besos.
Hay gente que no mide las consecuencias de sus actos, ni siquiera con los seres amados. Un beso.
EliminarCuantos casos de estos hay por desgracia a diario.
ResponderEliminarTu te lo curras toda tu vida y ellos lo dilapidan en tres días, es una desgracia pero es así.
Buen relato, besotesssssssssssssss
Y es así, más veces de las que creemos. Gracias por pasar.
EliminarBesos.
Ese hijo es la tercera generación y la fama que les precede es que después de que los abuelos fundaran una empresa , sus hijos la hicieran grande llegan los terceros y la funden. Un relato duro pero creíble. Abrazos
ResponderEliminarEn serio? No conocía esa predicción. Bueno en mi relato la hago realidad jaja
EliminarGracias por pasar. Besos.
Me suena tan conocida la historia...
ResponderEliminarY lo que no se da cuenta este hijo es que está jugando con su propio futuro pero la avaricia rompe, no solo el saco, sino la lucidez.
En fin, todos estamos expuestos a cosas así, lamentablemente.
Un beso muy grande.
Sí, pasa muchas veces, y no solo con dinero.
EliminarGracias! besos
Parece que estas cosas no dejan fuera ni a los hijos.
ResponderEliminarEs la cruda realidad.
Cuando uno es mal bicho, no se apiada de nadie.
EliminarUn beso :)
Es que es difícil creer eso de su propio hijo, y la negación es normal; aunque al final será tarde.
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo
Ya lo creo! En algún momento tendrá que aceptarlo.
EliminarUn beso.
Real y duro... ya una traición es difícil, si encima viene de la mano de un hijo... causa una herida mortal.
ResponderEliminarUn abrazo grande Sindel.
Creo que es como vos lo decis, una herida de muerte.
EliminarGracias, Alma.
Un beso.
Conozco más de una caso com el que expones. Y es muy triaste,
ResponderEliminarHay hijos, muchas veces infuenciados por sus parejas. Pienso que son casos que se debieriran de denunciar. Bien escrita esta mala realidad. Un saludo afectuoso.
Muchas gracias! Hay hijos que no merecen a los padres que tienen.
EliminarBesos.
¡Rayos! Doble disgusto y más grave en su segunda vertiente, en quien es quien el responsable.
ResponderEliminarMe ha gustado cómo lo has ido contando, dejando esa sorpresa para el final.
Un abrazo grande.
Muchas gracias, Juan Carlos! Me alegra mucho que te haya gustado. Un abrazo enorme.
EliminarEl dolor y el engaño se multiplican cuando vienen de la misma sangre. Es triste tragarse los errores de un hijo.
ResponderEliminarUn abrazo
Claro, es difícil. Y viniendo de ellos duele mucho más.
EliminarGracias, preciosa.
Besos.
Ufff, el engaño de un hijo, mucho dolor en un relato magnífico. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias y bienvenido Pedro! Un abrazo.
EliminarUf! Que fuerte ya se que pasa muchas veces...pero mas que la ruina economica del padre es la ruina moral del hijo o no? Besos.
ResponderEliminarClaro, de eso no cabe dudas. Gracias, Molí!
EliminarUn beso.
Dura historia. Cuando la falsedad y el engaño vienen de tu propia sangre, duelen mucho más. Pienso que la actitud de ese padre es algo timorata. Esconderse de los problemas o negarlos, no los soluciona sino todo lo contrario.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Así es, pero a veces aceptar la verdad nos lleva mucho tiempo.
EliminarGracias, compañero. Un abrazo.
Madre mía! Pobre padre...es triste que alguien te engañe pero que sea tu propio hijo tiene que doler hasta el infinito, y encima tener que hacerte el loco y no poderlo compartir ni con tu mujer...Muy duro el relato.
ResponderEliminarBesos
Hola; el texto tiene su plot al final, pero no deja de acercarse a la realidad. Me gusta eso de la negación. Da ese punto de sospecha que para al personaje. También el texto me ha encantado por su fluidez. Saludos.
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