Después de mucho tiempo, vuelvo a participar de esta hermosa propuesta.
La caja de terciopelo azul
Cuando mi hermana menor se enfermó mi
mundo se vino abajo.
Durante el embarazo había estado
radiante y después, es cierto que comenzó a decaer un poco, pero todos asumimos
que era por el cansancio y el disgusto que le había dado mi cuñado cuando se
fugó al saber que estaba embarazada.
El día que se desmayó y la llevamos a la
guardia médica directamente la internaron. Nos dijeron que
tenía un problema muy grave en la sangre y que a pesar de que iban a hacer lo imposible no creían que
pasara el mes de vida.
Hacía tan poco que me había quedado
viuda, perdiendo a mi marido, mi amor, que mis
defensas no estaban para soportar otra pérdida.
Fueron días de dolor. Yo me
quedaba todas las noches en el hospital. Desde que mi
marido había fallecido, en un espantoso accidente a principio de ese año, nadie me ataba a nada. No había
tenido la dicha de tener hijos, pero Dios me había dado a mi amada sobrina que
era además mi ahijada.
Una noche, la última que estuvo con
vida se sentó como pudo en la cama, me abrazó fuerte y me
susurró casi imperceptiblemente que buscara la caja azul de terciopelo que
había en su casa y sin atreverme a abrirla, la incinerara. Me pidió que se lo
jurara por la vida de mi ahijada. Y así lo hice.
Al otro día falleció.
Después de todos esos días de luto y
lágrimas fui a juntar sus cosas y, a pedido de mi madre, vaciar la casa.
No había mucho para sacar, por suerte.
Acosté a mi sobrina en la cuna para poner manos a la obra. Guardé
su ropa y los adornos en cajas para donar.
La ropa de la beba la puse en valijas para llevarla a mi casa.
Y recién cuando el ropero estaba vacío, en una pared descubrí un hueco. Entonces me acordé de la caja.
Metí la mano y toqué el terciopelo. Me
costó sacarla, era muy pesada.
Juro que no la iba a abrir, pero se me
resbaló de las manos y cayó al piso. La tapa que estaba sellada se abrió
desparramando un montón de sobres blanco llenos de fotografías y cartas. Los
junté como pude tratando de no mirar, era como violar la memoria de mi hermana.
Hasta que en el borde de la cama, justo en el suelo, vi que una fotografía
suelta me incitaba a mirarla.
Me arrodillé confusa, la tomé con las
manos temblorosas y los ojos nublados por las lágrimas.
Ahí estaban. Mi hermana menor y mi
marido desnudos en la cama. Con ira empecé a abrir todos los sobres. Mi marido
besando su panza, mi marido besando su boca. Mi marido armando la cuna. Mi
marido escribiendo poemas... Mi hermana.
Al borde de la locura alcé a mi sobrina,
cargué su valija y salí corriendo de la casa. Sin mirar atrás dejé las cartas
desparramadas, las fotografías, la caja
rota, el terciopelo azul desgarrado sobre la cama.
Tal vez se había hecho justicia, después de todo.
Tal vez la vida me había dado revancha.
Sindel Avefenix
Para abrir más cajas misteriosas visitar a: El Demiurgo de Hurlingam
Todos los textos que están expuestos en este blog son propiedad intelectual de mi persona y están registrados bajo el nombre Sindel Avefénix. Salvo menciones expresas de otros autores.
Te agradezco que te parezca hermosa la propuesta que presenté.
ResponderEliminarTodo un giro argumental. La protagonista estaba dolida por la muerte de su hermana menor, ya habiendo tenido el dolor de perder a su esposo.
Y se encontró con esa accidental e involuntaria revelación, que la hizo enfurecer ante lo descubierto. Absteniéndose de cumplir el deseo final.
Aunque criará a su sobrina como si fuera su hija.
Muy buen relato. Un gusto volver a leerte.
Un abrazo.
Lo interpretaste muy bien! Gracias por hacer que vuelva a mí la inspiración! Abrazo
EliminarUn estremecimiento ha recorrido mi espalda, una decepción doble. Lo has hecho creíble y por eso tomamos parte en la historia, Que el bebe nunca lo sepa y crezca feliz. Un abrazo
ResponderEliminarHola lindas! Muchas gracias por leerme y me alegra que te haya llegado mí relato. Beso!
EliminarHola Sindel, cuanto tiempo, espero que todo vaya bien.
ResponderEliminarTu relato me ha dejado hasta el final pensando qué triste la vida como es. Y zas, es explosivo enterarte cuando ninguno de los dos está vivo del engaño por ambas partes.
No sé cuál dolerá más.
Un besote y bienvenida de nuevo.
Holaaa! Gracias por leerme! Los extrañaba y decidí volver por acá a leerlos y participar. Beso
EliminarUna storia avvincente, alla quale è impossibile rinunciare.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita, Saludos
EliminarQué duro, es de los que duele.
ResponderEliminarUn saludo.
Sí, cosas de la vida. saludos
EliminarHola Sindel, de película tu relato, me encanto, mucho, mucho. Sigo esperando las famosas "palabras de Sindel", si no tenés tiempo, podés comunicarte conmigo y yo te ayudaría a llevarlo adelante.
ResponderEliminarTe dejo mi mail personal rosana.colombo1@gmail.com
Abrazo
Hola como estas? Gracias por pasar a leerme. Con respecto a la propuesta que hacía antes, aparte de la falta de tiempo se suma que ya no escribo como antes. Si logro que vuelva mi musa te hablo y combinamos algo, besos
EliminarEntiendo, pasé por lo mismo. Un abrazo!
EliminarSindel, nos llevas paso a paso por ese dolor y esas circunstancias de la vida, que prueban a la protagonista...hasta el final. Muy bien estructurada la historia, realista y cercana. Mi felicitación, amiga.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y me alegro que vuelvas con nosotros.
Hola!!! Muchas gracias por tus palabras! Abrazo enorme
EliminarSorprendente de principio a fin, ya había olvidado lo buenos que eran tus relatos.
ResponderEliminarAl fin la vida hizo justicia por lo menos en el relato.
Bienvenida Sindel, se te echa de menos.
Gracias, Tracy! Me halaga lo que decis de mis relatos, ojala pueda estar a la altura. Un beso
EliminarBienvenida, Kari! Cuanto ne alegra reencontrarte! Una historia emotiva, cruda, cargada de emociones encontradas que se desenvuelven en ese difícil final al que no sabemos cómo podrá asumir tu protagonista. Muy bueno. Un fuerte abrazo y espero sigas activa de ahora en más.
ResponderEliminarHola Moni!!! Me gusta estar entre uds, siempre que puedo y la musa me deja jajaja Un beso enorme
EliminarHola Sindel me dejaste sin palabras, al principio sentía esa tristeza de todas las cosas tristes que le estaban pasando a esa pobre mujer, pero el giro del final me dejó sin palabras, realmente está tan bien escrito que me metí de lleno en le historia.
ResponderEliminarMe alegra mucho que hayas vuelto a participar de las propuestas, un abrazo grande.
PATRICIA F.
Hola! Muchas gracias por leerme! Te agradezco el comentario lindo que me dejaste. Un abrazo
EliminarHola Sindel! Que lindo tenerte denuevo por los jueves! Me encantó tu historia, con ese final sorpresivo, tremendo, crudo final amargo... Pero con esa chispa de esperanza en esa bebé que seguro borraría esa bronca para transformarla en amor... Besos por ahí!!!
ResponderEliminarHola! Gracias por tus lindas palabras! Beso
EliminarGran relato, de una intensidad monumental. Ser engañada por marido y hermana es ya de por si un gran dolor. ¿La infidelidad llevo a esa pareja "ilicita" a la muerte....?
ResponderEliminarHola bienvenido! Yo creo que fue una cuestión de karma. Gracias por leerme. Un abrazo
EliminarTerrorífico final... inesperado. Despreciable encargo, se habrá enterado el cuñado antes de irse.
ResponderEliminarYo creo que se enteró y por eso se fue. Muchas gracias por pasar a leerme. Un abrazo
EliminarDesde luego que la vida se vengó de la manera más cruel. Al menos el consuelo de su sobrina la llenará y le ayudará a olvidar. Bello y triste relato. Un abrazo
ResponderEliminarPor lo menos le queda una esperanza de volver a ser feliz. Gracias por pasar. Un abrazo
EliminarUff! La vida nos da muchas sorpresas. Ojalá no hubiera encontrado la caja. Saludos!
ResponderEliminarlady_p
Encontrar la caja estaba en su destino si no hubiese vivido engañado toda la vida. Gracias por leerme. Saludos
EliminarBuenísimo relato, Sindel, me has tenido en vilo... es increíble cómo la vida misma te va despertando a lo acontecido realmente... para todo entonces colocarse en su sitio... Fantástico, me ha encantado leerte!
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Milena! La vida siempre se encarga de hacer justicia. Un beso
EliminarGreat blog
ResponderEliminarMuchas gracias
EliminarGreat blog
ResponderEliminarMuchas gracias
EliminarQué bueno que gracias a la convocatoria de Demiurgo te hayas inspirado y hayas regresado de nuevo, Sindel, me alegra muchísimo verte de nuevo por aquí.
ResponderEliminarUn relato muy triste con las pérdidas del marido de la protagonista y de su hermana, y además menudo final más inesperado, me encantó.
Un beso enorme.
Hola María qué gusto volver a verte por acá! Gracias por pasar a leerme te mando un beso
EliminarQué momento más duro. A la muerte de la hermana, se une el descubrimiento de algo tan escabroso... Espero que no odie a su sobrina, que al fin y al cabo no es culpable de nada.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Yo creo que su sobrina va a ser quien salve su vida y le de esperanza en un futuro mejor. Beso
EliminarDespués de todo, igual que sabemos amar, sabemos odiar. A veces la revancha es como la venganza, venga de donde venga. Y no siempre son malas como nos quieren hacer creer. Puede que ser una persona mezquina por un día no sea tan malo si creemos que tenemos razones para ello. La sobrina, no obstante, algún día merecería saber la verdad.
ResponderEliminarEs que ante estas situaciones juzgar al vengador es difícil. Hay que ver que decide esa mujer con respecto a decir la verdad. Gracias por leerme. Un abrazo
EliminarMe dejó pensando tu relato cómo uno inmerso en su propia existencia, puede ser tan refractario a lo que pasa alrededor; tantas cosas pasan y nos pasan.
ResponderEliminarUno puede pensar que es revancha, y tal vez lo es. Yo creo que existe un principio de equilibrio bastante peculiar que rige todo, no distingue intenciones y no es vengativo, sino ecuánime. Lo que obtienes por un lado, lo compensará por otro.
A veces te enteras y comprendes, otras veces te sorprende por qué tan buena suerte...
Besos van!
Qué genial tu comentario, para pensarlo! Muchas gracias por leerme. Un abrazo
EliminarFantastivo relato!!
ResponderEliminarLlevab medio texto y pensé " se ha equivocado de reto, no sale ninguna caja"😝
Es completamente diferente de todo el resto de participaciones ( de las que he leido).
Ahora tiene trabajo, aun queda un traidor vivo.
Me ha gustado mucho.
Abrazooo
jajaja bueno no quise meter la caja al principio, sino que sea secundaria hasta abrirse. Gracias por pasar. Un beso
EliminarTerrible el desenlace, aunque supongo que esa traición hará más llevadera las pérdidas. Podrá enfocar toda su energía a su propia vida y a criar a la sobrina, aunque ésta podría transformarse en un recordatorio constante de la traición.
ResponderEliminarBuen relato
Gracias por tu visita y por marcar el camino hasta aquí
Un abrazo
Que manera tan dramática de conocer una realidad oculta Su vida habría sido más tranquila ? Descontento un hecho así Nunca se sabe Un abrazo
ResponderEliminarVaya giro más dramático, por dios! Te admito, que esto, era lo único que no me esperaba... Es un relato buenísimo! Y muy ameno de leer. Aunque, vaya golpe el que se ha llevado. Pasar por la pérdida de un ser tan cercano, y a su vez descubrir una traición así...
ResponderEliminarMe ha encantado, un abrazo!
Una revancha indirecta en la que no tuvo que hacer nada, aunque el sufrimiento la acompañaría siempre. La historia merece una continuidad para seguir añadiendo nudos...
ResponderEliminarSaludos
La casualidad de que se le cayera la caja de las manos y se desparramaran las fotos fue una providencia que hizo justicia, aunque creo que la protagonista viviría siempre con el mal sabore de boca. Quizá las dos muertes pudieran consolarla pero perder a una hermana y un marido no es cosa que se olvide.
ResponderEliminarQué buena narración. Te felicito.
Saludos.