Noticias desde el móvil.
Marisa está tendida en la cama, es una de esas noches en las que se queda sola en casa. Su marido salió de viaje de negocios y su hijo adolescente está en la casa de un amigo. Prende el televisor, va de un canal a otro. Las misma películas de siempre, las mismas nefastas noticias. Lo apaga y toma el libro de la mesa de luz. Ve de reojo su teléfono móvil. Lo agarra y llama a su esposo para ver cómo va el viaje. No la atiende y piensa que quizás esté manejando. Lo deja sobre la mesa de luz y después de leer unas páginas se duerme.
Julia está sentada en el banco que está pegado a la Unidad de
Terapia Intensiva. Es una una noche más de espera, su marido fue a tomar algo
al bar de enfrente y su hijo se encuentra luchando entre la vida y la muerte. Le
queda poco tiempo para obtener una nueva oportunidad. Busca en la cartera la
revista de crucigramas para distraerse, se topa con el celular y lo mira, se da
cuenta que le queda poca batería. No lo usa, no puede arriesgarse a que se le
apague. Toma la lapicera para resolver
una grilla y a la tercera palabra se queda dormida.
Marisa escucha entre sueños el sonido de llamada de su móvil.
Se despierta inquieta. Lo atiende a pesar de que es un número desconocido. Una
voz de hombre le anuncia que su marido tuvo un accidente en la ruta,
aparentemente se distrajo cuando intentaba responder una llamada en su móvil.
No hay mucho que hacer, está grave y lo están trasladando hacia la capital, a
la Clínica Solís. Descompuesta y sin fuerzas se levanta. Llama a su hijo para
que venga urgente y empieza a girar sobre sus pasos sin saber qué hacer. Cuando
llega su hijo se toman un taxi y van hacia la clínica. Apenas arriban en el pasillo de entrada los
recibe el cirujano, les explica que hizo lo posible pero que el paciente
falleció durante la cirugía. Marisa cae
sobre los brazos de su hijo que llora sin consuelo. El médico le hace una
pregunta que no esperaba escuchar. Marisa mira a su hijo que asiente y responde
sin dudar.
Julia escucha el sonido de llamada de su teléfono móvil en la
cartera, está entre dormida y cree que está soñando. Sus manos ansiosas
revuelven la cartera hasta que llega a atender. Es un número conocido. Atiende,
cerrando los ojos y deseando que el milagro se haga realidad. A unos metros está su marido volviendo del bar, al verla hablar por el móvil acelera el paso.
Julia deja caer el teléfono de sus manos y llorando de felicidad se entrega a
los brazos de su marido que no puede creer lo que está escuchando. La médica que tiene en sus manos la vida de
su hijo le acaba de decir que ha llegado el momento, el corazón que necesitaba
para el trasplante había sido recientemente donado.
Sindel Avéfenix
Más historias telefónicas en lo de: María José
El teléfono vehículo de notícias tan diversas, rotundo disgusto una llamada, esperanzada felicidad otra llamada. Ambas unidas por los extremos, muerte que da vida.
ResponderEliminarRelato genial, conmovedor y verídico. Aplauso amiga.
Eso quise mostrar Natalia, las caras infinitas de las noticias que transmite un llamado, algunas veces las esperadas y otras las que no se quieren escuchar.
EliminarGracias por pasar.
Un besote enorme!!!
Me ha encantado.
ResponderEliminarUn beso y buen jueves
Muchas gracias Maribel!!!
EliminarUn abrazo enorme.
En este caso, el auricular porta la esperanza y un nuevo cielo, como una nueva tierra. Precioso.
ResponderEliminarUn beso
La esperanza es lo último que hay que perder, en este caso se ha cumplido el deseo.
EliminarGracias por pasar.
Un beso.
Una llamada puede cambiar el rumbo de nuestra existencia, un solo instante anuncia vida o muerte.
ResponderEliminarBuen relato Sindel y cercano.
Un abrazo.
El teléfono puede dar noticias que nos salvan la vida, elegí esto para marcar la diferencia entre una llamada y otra.
EliminarGracias San por leerme.
Un besote.
En este caso es el portador de las noticias mas temidas y mas esperadas. Que paradoja, verdad? Pero también es parte de una realidad, como bien dices al principio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Ceci, es como vos lo decís, en este caso trae malas noticias que a otros le generan vida.
EliminarUn abrazo enorme.
La forma parece un espiral, el teléfono y las llamadas son el hilo conductor de esta excelente concatenación de sucesos y sueños/pesadillas. EL final es esperanzador, pero todo habrá sido un sueño? Dejo esta conclusión como una llamada en espera. Saludos Sindel.
ResponderEliminarPD: Leí y comenté tu relato de las tres estrellas, impecable también. Besos
Ojalá que no, que haya sido realidad...
EliminarGracias Luis por tus palabras, ahora voy al otro blog a leer tu comentario y mañana paso a leer los relatos de todos.
Un beso.
El dolor de unos puede transformarse en la alegría de otros. Ese es el poder del amor que implica aceptar la donación de órganos.
ResponderEliminarMuy emotivo relato.
abrazo
Si es un tema que debemos tomar en cuenta a la hora de decidir.
EliminarGracias Moni, un beso.
Que historia agridulce nos cuentas. Muy bonita, pues saber que la muerte de una persona, puede salvar la de otra, es reconfortante. Al menos la muerte no ha sido "inutil"
ResponderEliminarBss.
AL menos una parte del otro seguirá vivo en otro persona, y eso debe ser gratificante y aplacar el dolor de la pérdida.
EliminarGracis Mar.
Un beso.
Genial Sindel, el teléfono como el medio portador de noticias de muerte, pero también de vida. Es la dualidad en que nos movemos a diario, una simple llamada nos puede hacer cambiar toda nuestra vida en un segundo y nosotros poco podemos hacer para cambiarlo si no asumirlo.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un abrazo
Exacto José, una noticia nos puede cambiar el rumbo de la vida, a veces para bien y otras no, pero lo importante es aceptar ese cambio.
EliminarGracias por tu comentario, siempre me das ánimos para seguir.
Un beso.
tus dos tiempos han sido dignos de un film de Alejandro Iñarritu. Complimenti, cherie.
ResponderEliminarGracias Rochies, ojalá se pareciera en un 1% a algo de eso.
EliminarUn besito.
Una preciosa historia, una muerte que hace renacer de nuevo la vida, dentro de la tristeza, la alegría de seguir viviendo en otra persona.
ResponderEliminarUn abrazo
Si, a veces es difícil tomar esas decisiones porque el dolor nos anestesia, pero creo que en estos casos es bueno tomar esa decisión a tiempo.
EliminarUn beso.
dos llamados telefonicos y dos visiones distintas de lo mismo. Que fuerte.
ResponderEliminarDos situaciones límites, una de esperanza, la otra de toma de decisiones. Por suerte esta vez se unieron en algo positivo.
EliminarUn abrazo.
Emotivo, un cruce de caminos con diferentes destinos, obvio por otra parte. Y el teléfono en este caso vehículo conductor de sentimientos y desenlaces.
ResponderEliminartexto bien hilvanado y con emociones compensadas.
Besos.
Alfredo
Gracias Alfredo, una noticia mala que da paso a una noticia buena, así es la vida a veces, y ésta vez fue de la mano del teléfono.
EliminarUn abrazo.
Una llamada de teléfono puede traer consigo buenas y malas noticias, tal y como nos cuentas en tu relato. A veces son llamadas esperadas, como Julia, la madre que espera ver qué sucede con el hijo, otras, totalmente inesperadas y dolorosas, como en el caso de Marisa y el accidente de su marido. Buen relato. Un beso.
ResponderEliminarY así es amiga, a veces el teléfono nos trae noticias inesperadas, o nos ayuda a mantener la esperanza, ésta vez uno gana y otro pierde.
EliminarUn abrazo enorme.
Tremendo Sindel. un teléfono que anuncia la muerte y otro que anuncia la vida, además todo por una misma causa.
ResponderEliminarMuy bien llevado y muy terriblemente real, a veces la vida es así.
Besos, amiga.
Así es Juan Carlos, una cosa va de la mano de otra, a veces algo triste puede ser el comienzo de algo feliz para otro, como en este caso particular. Aunque no sirva de mucho consuelo, al menos es saber que una parte del ser que se fue quedará vivo.
EliminarUn beso enorme!!!
Vidas cruzadas, destinos en manos del destino y simplemente el telefono como vehículo que lleva noticias de una u otra indole. Me gustó mucho. Gracias por participar. Un beso
ResponderEliminarGracias a vos María José por darme la oportunidad de seguir escribiendo sobre temas que hacen volar la imaginación.
EliminarUn gran abrazo.
Buen relato que sin ser demasiado extremo, mantiene la tristeza y la esperanza. Un beso
ResponderEliminarGracias Fabián, no hacía falta ser más literal, la idea era esa, mostrar las dos caras que puede tener una llamada.
EliminarUn beso.
me ha enganchado desde el principio, el teléfono el hilo conductor de la histrias cotidianas.
ResponderEliminarUn besito.
Qué bueno que te haya atrapado, eso ya es mucho más de lo que puedo pedir.
EliminarGracias por pasar Ana.
Un beso.
Excelente los dos tiempos, los dos caminos, las dos caras de una historia que en algún punto de la peripecia se cruzan.
ResponderEliminarMuy bueno Sindel, te lo quise comentar más temprano, pero don Blogger no me dejó...
besotes
Gracias Cass, no sé que le pasa a esto a veces a mí tampoco me deja dejar comentarios, tal vez sea el nuevo formato.
EliminarMe alegra mucho que te haya gustado la idea de mi relato.
Un abrazo enormeee!!!
popr hoy no leeré más textos, sindel. me doy por conforme con este texto tuyo. dejo la lectura con sabor tan dulce en mi paladar literario que..uf...historia buena, muy buena, pero no por lo que cuenta, si no por cómo la armaste...el conjunto entonces, me refiero a la historia y a su estructura en el texto, es genial...
ResponderEliminarmedio beso.
Gracias Gus, me encanta que te haya dejado un sabor dulce, es una historia que tiene de todo un poco, pero al menos se genera esperanza sobre el final.
EliminarUn beso entero :)
Algo que no me quedó claro: ¿el corazón para el hijo de Julia es el del marido de Marisa?. Entendí que sí.
ResponderEliminarLa vida y la muerte están unidas, la alegría y la amargura están unidos, nuestras vidas están unidas, TODO esta unido.
Precioso relato.
Un abrazo
ibso
Hola Ibso, si, exacto, el corazón es el del marido de Marisa, es ella quién toma esa decisión cuando el médico le hace la pregunta.
EliminarGracias por tan lindas palabras.
Un abrazo.
Fijate, la llamada que destrozó la vida de una familia y la que le devolvió la esperanza a otra, así son las cosas...
ResponderEliminarMuy bonito, Sindel.
Besos.
Gracias Tere, a veces la vida es así, unos ganan otros pierden. En este caso uno ganó la vida y el otro la perdió pero una parte de él seguirá viva.
EliminarUn besote amiga.
Creo que es uno de los mejor estructurados relatos tuyos, sólo tengo que dejarte por escrito un bravo enorme subrayado de fosforito, con luces centelleantes y gallardetes de todos los colores. Bravo, bravo, bravo. Muy bueno... ya me dijo de la belleza del texto un tal apóstata... :))))
ResponderEliminarBeso y café.
Ay que hermosas palabras me dejas!!! Ese apóstata me anduvo haciendo propaganda? jajajaja Bueno muchas gracias a vos por leerme y decirme esas cosas que me ayudan a seguir para adelante siempre y al otro por la promo jaja
EliminarUn beso enorme.
vaya muy buen relato me han encantado, me gusta mucho como escribes así con sentimiento y mucho realismo
ResponderEliminarGracias María, trato de ser lo más breve y concisa posible, para que los relatos sean ágiles al leerlos.
EliminarUn besote.
La comunicación entre la vida y la muerte entre dos historas que se cruzan por un corazón. Así es la vida, así la conexión y la comunicación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si Encarni, en este caso una cosa viene de la mano de otra, hay vida porque hay muerte, aunque suene duro, pero en el caso de la donación de órganos suele ser así.
EliminarMuchas gracias por pasar.
Un abrazo.
Me encantó Sindel, no soy amiga de móvil, pero llevo una temporada pendiente de que suene, a veces son noticias buenas, y otras no tanto. Tú has enlazado dos historias de forma magistral. Besitos.
ResponderEliminarCuantas veces he llamado a mi marido, pero si no contesta enseguida, siempre pienso que soy una imprudente, que tal vez esté conduciendo y que por cogerlo puede tener un accidente.
ResponderEliminarPara Julia, la alegria de recibir un donante, ante la tristeza de la perdida de Marisa, pero así es la vida.
Un abrazo
Lola
El teléfono al servicio de comunicar muerte y esperanza de vida, Dos vidas que en un determinado momento cruzan sus destinos. Una para extinguirse, otra para comenzar de nuevo y el teléfono para dar testimonio de ambas cosas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Me encanta tu relato, Sindel.
ResponderEliminarEl móvil cuasa un despiste y la muerte, pero a la vez salva una vida.
Muy ingenioso, te felicito.
Un beso, compi.
estas historias trágicas de hospital siempre pueden tener un lado feliz... me encantan tus relatos sindel! son esperanzadores! un beso!
ResponderEliminarEsa es la vida...cada página nos cambia la historia, para unos desesperacion, para otros esperanza. En segundos, cualquier llamada del llanto a la risa.
ResponderEliminarUn beso