La prueba
Tenía un nudo en el estómago, hacía mucho que no iba a una fiesta. Desde que lo había dejado evitaba asistir a lugares donde corriera el riesgo de encontrarlo.
Los primeros tiempos sin él habían sido un infierno, una lucha constante entre sus deseos y su fuerza de voluntad. Se había jurado a sí misma no permitirle nunca más la entrada en su vida.
Se miró en el espejo. Estaba radiante. Terminó de arreglarse el cabello y salió dispuesta a ponerse a prueba.
Apenas llegó al salón sus piernas comenzaron a perder un poco la estabilidad. Como era de suponer, él no tardó en aparecer. Por todos lados, donde mirara, se topaba con esa tentación. Los demás invitados parecían estar disfrutando mucho de su compañía.
En ese momento sintió que se estaba debilitando, tuvo que debatir rapidamente entre enfrentarlo o salir corriendo hacia la calle. No quería volver a caer en sus garras. Eso sería retroceder muchos pasos hacia atrás, casi hasta el punto de partida de su recuperación. Hizo un repaso mental de los momentos pasados a su lado, se dio cuenta de que habían sido un atajo hacia la nada, demasiado tiempo en estado de letargo y escapando de la realidad. No quería volver a eso, estaba segura. Esa dependencia la había arrastrado a cometer un sinfín de bajezas. Respiró profundo, avanzó hacia el bar y pidió una gaseosa con hielo. De reojo, le dio una última mirada y se alejó de su presencia. Con el vaso en sus manos todavía temblorosas caminó para reunirse con su grupo de amigos. Era hora de disfrutar de la fiesta.
Una sonrisa vencedora se había dibujado en su rostro, una vez más, y al menos por otro día había podido vencer su adicción, y dominar la tentación de tomarse un whisky.
Sindel Avefenix
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que dificil largala... para aquellas personas que se convierte una adicción... pero no es imposible. muy buen relato! nos leemos en el 2012! :D felices fiestas! un beso!
ResponderEliminarDebe ser más que difícil superar ese tipo de tentaciones. Saber que lo que más nos daña es lo que más fácil nos domina es quizás una manera de sadomasoquista de encarar la vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
P.d
supongo que estarás al tanto, si no es así te informo: estoy armando una tarjeta navideña con fotos de todos los bloggers amigos. Sería un gusto que te sumaras.
Qué difícil debe ser salir de algo que te ayuda a olvidar... supongo que más en un evento donde los efluvios te persiguen.
ResponderEliminarBravo por ella!!
Un beso
Uf, vaya historia la que narras. Que bien que la protagonista salva esa ocasión, va al cielo de la gaseosa en lugar del infierno del whisky.
ResponderEliminarBesos.
recuerdo perfectamente...año del señor de mil y novecientos y 92...madrid...mes de diciembre...el jefe de cocina, el antiguo, mi jefe de siempre ya hace una temoporada que no estaba, me llevaba bien, muy bien con él...tenemos otro jefe y ese mes de diciembre no se libra en el restaurante...por las tardes, muchas, muchas comidas. por las noches, más aún. y al día siguiente más y al otro, y así durante todo el mes de dicembre..el jefe nuevo nos traslada su mala leche. ahy un muy mal ambiente de trabajo...¿cómo soportar eso? echándose un día sí y otro también unos tragos d emás al coleto...así, sindel, soportré aquel mes de diciembre...
ResponderEliminarmi comentario pues, es esta otra opción de tu historia, el lado del sí...
medio beso...
me encantó tupropuesta.
No sabes lo gratificante que resulta la fuerza de voluntad.
ResponderEliminarque disfrutes el fin de semana.
un abrazo.
Una pequeña trapizonda al lector que cae en otra estratagema,la del final inesperado.
ResponderEliminarAsi es un lujo embriagarse.
cariñitos
Gracias a todos por pasarse, leerme y dejarme tan lindos comentarios.
ResponderEliminarGus tu historia es muy buena también, habría que dejarla plasmada en un relato.
Un abrazo enorme :)
Dificil en esas situaciones vencer el... "uno solo no importa", plasmado de forma muy real el debate interno del que tiene ese problema y está en esa lucha.
ResponderEliminarUn beso
Llegar hasta ese enfrentramiento y salir victorioso es haber trabajado muy duro, al final merece la pena.
ResponderEliminarUn beso.
Mantenerse así de firme y no caer de nuevo en la adicción tiene su mérito.
ResponderEliminarUn abrazo
Lola
Sé que debe ser muy difícil, pero no imposible. Es cuestión de pensar en uno mismo y quererse un poco. Un abrazo :)
ResponderEliminarEl amor y el desamor, mejor tratarlo con gaseosa que deja la mente muy despierta y llenas de burbujas por lo que pueda sucede...jajaja. Con el alcohol, la mayoría de las veces es un fracaso ;-)
ResponderEliminarBesitos
La esposa de un buen amigo nuestro pasó por ello, se necesita una inmensa fuerza de voluntad para no recaer, está "él" en todas partes al alcance de la mano. Lucha denodada, un apluaso para la vencedora y mucho cariño.
ResponderEliminarBesitos.
Yo tengo otro tipo de adiciones. Compro cuadros. Colecciono lo que exponen en el suelo de la calle los artistas.
ResponderEliminarEn casa, curiosamente no se acepta.
Dejé de fumar a lo largo de los meses por usar una tijera.
A mi cuñado le dije, basta con echar agua en la copa.
Pero le faltó motivación y siguió con la cerveza.
¡Bien por el da pasos al frente!
Felices fiestas, Sindel...
Tésalo