De este lado del mundo se empieza a sentir la brisa fresca del otoño, los árboles comienzan a desnudar sus ramas despidiendo las hojas viejas y amarillas que alfombran las veredas. Los días comienzan a ser levemente más cortos, las flores se acurrucan en sus tallos, y todo comienza a tener un color más uniforme, ya el sol brilla con menos fuerza y uno empieza a buscar los abrigos y los paraguas. Hasta pareciera que el ánimo se torna más nostálgico.
Del otro lado del mundo se empieza a sentir el despertar de los colores, los aromas de las flores, el reverdecer de los árboles. Los días brillan durante un ratito más, y la gente se empieza a sacar la ropa para mostrar la piel. El amor se intensifica en el aire, los piropos aumentan, las hormonas desbordan y las energías se renuevan.
Sin el otoño no existiría la primavera, uno es el ocaso y el otro el renacer, y aunque prefiero siempre las cosas brillantes y floridas, paso por el otoño sabiendo que todo lo que se secó, volverá a florecer con más fuerza.
Escribí siempre! Que la lluvia de ideas te surjan como la lluvia de hojas otoñales, abundantes y con distintos matices. RKS
ResponderEliminarAhhh ya sé quién sos!!! Gracias Roxi!!!! Me encantó que me comentarás acá!!! besotes
EliminarEs agradable esta transición, casi imperceptible, de la algarabía que nos ofrece el verano hacia el frío introspectivo que nos da el invierno. Desde acá, el otoño nos va alejando de esas noches de verano, del calor a veces agobiante, a veces muy disfrutable ( en especial cuando disponemos de playas hermosas). En fin, que todo este ciclo pasa nuevamente, se repite y se sigue adelante. Hay cosas renovadoras, por suerte. Besos Sindel!!
ResponderEliminarGracias Luis, es como decis algo cíclico lo que termina vuelve a empezar, da lugar a pasar por toda la variedad de climas y ánimos.
EliminarUn beso.
Renovarse o morir, otoño dorado bajo la lluvia duerme plácidamente, despertará con otro nombre, primavera. Besitos.
ResponderEliminarHemoso tu comentario Natalia!!! Besotes :)
EliminarEs una transición muy agradable, en un comentario anterior se adelantaron a lo que iba a escribir, la que sucede entre verano y otoño. Una etapa que invita a la melancolía a medida que se acerca el otoño.
ResponderEliminarYo también lo siento así, como algo nostálgico, pero después renace el brillo y la primavera.
EliminarUn abrazo.
Sindel,te diré que me gusta más el otoño.Las temperaturas son buenas,los colores divinos y esa nostalgia que habita en el aire.Todo parece estar en reposo y reflexión.La primavera es bella,pero aquí en España tenemos viento,lluvia...muchos cambios,que no nos permiten saborearla...
ResponderEliminarTe dejo mi felicitación por haberlas unido en tu post,ambas se complementan y la una no podría ser sin la otra,las dos son hermosas e inspiradoras.
Mi abrazo grande y gracias por tu cercanía.
M.Jesús
Aquí el otoño es bastante sombrío, melancólico diría, pero siempre es bueno para inspirarse, y esperar que florezca la primavera.
EliminarUn abrazo enorme y gracias por pasar siempre María Jesús!!!
A mí me gusta la primavera pero se me hace fastidiosa por la alergia que tengo al polen y los estornudos y picores que me produce. El otoño se me hace melancólico y de recogimiento pero, tal vez, más productivo.
ResponderEliminarUn abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Si es cierto a mi me pasa lo mismo, empiezan mis alergias que me agarraron de grandecita ya, pero igual me gusta más para transitarla.
EliminarUn abrazo enorme!!!
Si puedo elegir prefiero el otoño a la primavera. Pero en cualquier caso me quedo con los días de lluvia ligera, de nublados a intérvalos, con la luz tenue que no me ciega y la humedad en el aire, y si a todo eso le sumamos una explosión de colores en flores erguidas hacia el cielo, todo es perfecto.
ResponderEliminarBesos
Que lindo todo eso, quiero vivirlo Narcy y a la vez estar leyendo tus poemas.
EliminarUn beso enorme.