Hace casi cuarenta años que el insomnio habita en su cama.
Cómo se puede volver a conciliar el descanso cuando todos los sueños nos han sido arrebatados, cuando no se tienen respuestas, ni datos, ni certezas.
El recuerdo palpita constante sobre su sien. Fue un día como cualquier otro de septiembre de 1976. Un día como cualquier otro hasta que pasaron las horas y su hija no regresó de la universidad. Un día como cualquier otro hasta que la cena, preparada para cuando llegara, quedó congelada en la espera y un nudo ahorcó su garganta en un grito de impotencia y dolor que jamás se desataría.
A los pocos días supo que había otras madres como ella, caminando sobre la tiniebla de la inexplicable ausencia y cuyos hijos también habían desaparecido. Todos ellos habían participado junto a su hija de una marcha para reclamar el boleto estudiantil. Entonces sospechó lo peor.
Comenzaron las horas de angustia, los días de recorrer comisarias, los meses de desesperación, las noches desveladas frente a una fotografía en blanco y negro que se iba evaporando tras la humedad de las lágrimas. Una vida sin vida frente al crónico insomnio de los pensamientos que buscan el milagro de que el destino de su niña no haya sido el que fue. Pero el milagro no ocurrió y su hija jamás volvió.
Hace casi cuarenta años que el insomnio habita en su cama, insomnio dolor, insomnio desesperación, insomnio impotencia, insomnio eterno...
Sindel Avefénix
Hoy 24 de marzo de 1976 se cumplen 40 años del Golpe de Estado que fue la rebelión cívico-militar que depuso a la Presidenta de la Nación Argentina, María Estela Martínez de Perón, el 24 de marzo de ese año. En su lugar, se estableció una junta militar, liderada por el teniente general Jorge Rafael Videla, el almirante Emilio Eduardo Massera y el brigadier general Orlando Ramón Agosti. La junta tomó el nombre oficial de Proceso de Reorganización Nacional y permaneció en el poder hasta diciembre de 1983
Muchos más insomnios en lo de: PEPE - DESGRANANDO MOMENTOS
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Muchos desaparecidos, muchas madres muertas en vida, mucho dolor, una pena que no se olvida. Muy hermoso amiga, un homenaje a todos los que padecieron esa lacra que hizo que sus vidas cambiarán para siempre.
ResponderEliminarMuchos cariños para ti y para todos los argentinos que todavía sufren esa ausencia y dolor.
Muchas gracias, Rosana, por tus palabras! Son cosas que duelen aunque pasen los años y que deseamos que jamás se vuelvan a repetir.
EliminarUn beso enorme.
Por desgracia esas etapas han pasado y siguen pasando por muchos lugares, donde las familias viven un constante insomnio por el bien de todos los que desaparecen sin dejar rastro. Ojala un dia todo esto desaparezca del mundo.
ResponderEliminarBesos
Ojalá querida compañera, acá hemos aprendido del dolor, nunca más, eso es la consigna que no dejamos de repetir.
EliminarUn abrazo.
Casi toda una generación perdida, aniquilada, cuantos sueños, cuanta vida....gracias por tu recuerdo.Sus madres nunca permitieron que quedaran en el olvido. Besos.
EliminarImpactante el relato.
ResponderEliminarTodavía recuerdo en el año 84 las paredes en las avenidas de mi barrio con afiches con las fotos de los desaparecidos....
Nunca más..... por favor.
Muchas gracias, Karin! Son cosas que nunca se olvidan. Un beso.
EliminarCuando el dolor se arraiga con tal fuerza, cuando la injusticia queda impune y el consuelo de saber siquiera qué pasó con nuestros seres queridos nunca llega a materializarse, la realidad se torna en una espantosa pesadilla de la que dificilmente se logra salir. La lucha por la justicia y el rescate de la memoria quizás sea la única forma en que se logre -al menos- amortiguar la angustia. Muy atinada la forma de unificar la fecha y la temática de este jueves.
ResponderEliminarLamento no haber tenido el tiempo y la inspiración para sumarme.
Un fuerte abrazo.
Así es, Moni, lo único que podemos hacer ahora es no perder la memoria, sostener con todo el alma ese grito de "nunca más" y mitigar el dolor de todos los que pasaron por algo así.
EliminarUn beso enorme.
Hola Sindel, he venido a corresponder a tu visita y a ver la entrada de la palabra de enlace y me encuentro con ésta que me ha dejado de piedra.
ResponderEliminarTristes momentos los que cuentas de la desaparición de estos jóvenes, con esto le viene el insomnio a cualquiera, no me extraña que el padre de la chica estuviese como dices, eso es normal, a una hija se le quiere con el corazón.
<por lo que dicesen tu comentario te ha gustami poesía, que, como señalas, anima a unirnos todos en paz y amor y a amar a Jesus que lo dió todo por nosotros.
Ahora voy a la anterior entrada a ver si encuentro lo que me dices para participar en tu propuesta semanal.
Un abrazo, feliz fin de semana.
Hola Demofila me da gusto verte por acá, pero sobre todo que te haya gustado mi relato. Han sido épocas oscuras de mi país que no hay que olvidar!
EliminarUn abrazo enorme.
Muy tristes y desesperantes debieron pasar los días las familias que viven aquel insomnio eterno.
ResponderEliminarBesos.
Hola Rafaela! Bienvenida a mi blog! Muchas gracias por dejarme tu comentario. Esos insomnios no se sanan jamás. Un beso.
EliminarNos queda, os queda, alguna noche de insomnio, que haga posible no olvidar, para que no vuelvan al poder esos asesinos"salvapatrias".
ResponderEliminarBrillante manera de aunar la petición de Pepe y la triste efemérides.
Un abrazo.
Muchas gracias, Juan! Como decimos por acá NUNCA MÁS!
EliminarUn abrazo.
Algo muy cruel todo lo que paso, y lo peor es que aún no han pagado por todo lo que hicieron. La vida es injusta.
ResponderEliminarUn abrazo
Algunos ya lo pagaron, pero creo que ningún precio es justo por haber causado tanto dolor.
EliminarGracias, compañera.
Un beso.
Terrible episodio para la nación argentina que deja sumidas en el dolor y la impotencia a miles de familias, insomnes ya para siempre. Cuando las armas se imponen a la razón, ocurren estas tragedias colectivas.
ResponderEliminarGracias por sumarte a mi convocatoria.
Un fuerte abrazo.
Gracias a vos, por lograr que pueda inspirarme, hace tiempo tengo un problema con mis musas. Un abrazo.
Eliminarwommm !!!
ResponderEliminarque fuerte, gran relato que dice una total verdad que no se puede negar
Innegable e inolvidable! Gracias por pasar. Un beso
EliminarQué horrible cuántas tragedias, no tienen nombre, es inhumano, tanto dolor.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Así es, pero suceden y no hay que olvidarlas ni permitir que se repitan. Gracias, linda.
EliminarUn beso.
¡Qué horror, Sindel! ¡Qué tragedia! Ese dolor prolongado en el tiempo, la desazón, el miedo a recibir la verdadera y última noticia... el deseo del milagro. Muy bien descritas esas emociones que recoge tu relato. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Mar! Han sido épocas tremendas que por suerte aquí ya no se volvieron a repetir. Un beso enorme.
EliminarLo peor de todo es saber que esas noches de insomnio no solo ocurrieron ese día en Argentina sino que cada noche se producen en otras muchas partes del mundo.
ResponderEliminarNo puedo ni imaginar ese sufrimiento...
Te felicito por tu relato, es desgarrador.
Un beso
Así es, cada día, cada momento en algún hogar se instala el insomnio de las pérdidas sin justicia. Gracias por pasar. Un beso enorme.
EliminarNo se como empezar a comentar..las lágrimas no me dejan ver..tengo hijos..nietos..se lo que es la perdida de uno y por eso se lo que son las noches cuando el recuerdo llega..un beso por esas noches de insomnio
ResponderEliminarMuchas gracias, Diva! Han sido épocas muy duras, imposibles de olvidar. Un beso enorme.
EliminarLa barbarie, la injusticia.... no tiene ni nombre ni momento. Lamentablemente, seguimos o se sigue cometiendo los mismos errores...
ResponderEliminarEspero que algún día el ser humano sepa ser humano.
Un beso enorme.
Ojalá así sea! Por acá hemos aprendido algo, o eso espero. Muchas gracias por pasar. Un beso enorme.
EliminarVeo que hemos coincidido en el porqué de nuestro insomnio, aunque si lo tuyo fue mucho más explícito... no se podía dejar pasar este día. Te felicito.
ResponderEliminarBesos.
Sí! Una coincidencia pero tratada de distintas formas, ambas muy tristes. Gracias por pasar. Un beso enorme.
EliminarNo hay peor insomnio que el que nos produce la injusticia, el no tener respuesta a las preguntas del dolor. Tremendo.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias, Rosa! El peor de los insomnios, sin dudas! Un abrazo.
EliminarDebe ser uno de los peores y más fulminantes insomnios. Padres y madres en la espera de sus seres desaparecidos, es algo que jamás debe pasar en ningún rincón del mundo. Triste y original relato, Karina.
ResponderEliminarBeso