Hacía tanto tiempo que no la veía. Habíamos sido
inseparables, una misma. El complemento perfecto. Un ying yang donde una era el
blanco y la otra el negro.
Pero un día nos separamos. Yo me fui por otro
camino, fui el negro sin luz, sin blanco. Y ella se quedó distante mirándome, esperando mi retorno. Hizo lo que pudo por rescatarme de ese túnel hacia la
nada en el que adentré mis pasos. Mi vida perdió el sentido de la realidad y
mis días transcurrieron entre la nebulosa de los sentidos dormidos. Me despertaba
en cualquier cama que me asegurara las dosis de drogas que necesitaba para
escapar del mundo real. Cuando mi consciencia comenzaba a sentir que mis pies
tocaban el suelo, volvía a buscar a algún otro infeliz como yo, que por unas
horas de placer me diera lo que buscaba. No sé cuánto tiempo pasó. Pero en todo ese período jamás me miré al espejo, ni siquiera recuerdo en qué momento me duchaba o comía.
Hace dos meses me desperté en una cama distinta, tibia y con
muchos médicos que intentaban salvarme la vida. Me contaron que llegué allí
porque un alma piadosa me encontró tirada en la entrada del hospital, echando
espuma por la boca y con un charco de sangre entre mis piernas. Después supe
que había estado embarazada de seis meses, pero que el bebé no había podido vivir
a causa de mi intoxicación y descuido.
Me mantuvieron sedada durante un mes para poder
desintoxicarme. Ahora estoy internada en esta clínica de rehabilitación en la
que me han ayudado a confiar en mí misma. Y acá también fue donde la volví a
ver.
El reencuentro fue hace unos días cuando salí de la ducha. Yo
estaba desnuda parada frente al espejo y ella apareció justo ahí, reflejada enfrente de mí, tan
desnuda como yo de pasado, pero con una enorme sonrisa que anunciaba un futuro nuevamente juntas.
Sindel Avefénix
Más reencuentros en lo de: Juan Carlos - ¿Y qué te cuento?
Todos los textos que están expuestos en este blog son propiedad intelectual de mi persona y están registrados bajo el nombre Sindel Avefénix. Salvo menciones expresas de otros autores.
Buen efecto sorpresa. Se había separado de si misma.
ResponderEliminarPara volver a encontrarse, luego de sobrevivir.
¿Fue casualidad lo de que haya sido encontrada cerca de un hospital? Tal vez sea que una de sus facetas la llevó hasta ahí.
Un abrazo.
Tal vez en un acto de cordura se acercó hasta ahí o alguien la dejó tirada por el susto de la muerte que se avecinaba. Quién sabe!
EliminarGracias por tu comentario.
Un abrazo.
Bueno al parecer más vale tarde que nunca ese reencuentro que se produce cuando un parte de nuestro yo quiere ir de por libre y la otra siempre anda a la espera.
ResponderEliminarMe gustó el relato.
Besotessssssssssssssssss
Muchas gracias! Qué bueno que te haya gustado. Un beso enorme!
EliminarDuro pero esperanzador. Los reenuentros con una misma son duros.
ResponderEliminarEsta vez me salió un final feliz! Gracias, linda. Besos.
EliminarQue precioso y esperanzador final, el reencuentro con ella misma, la señal de una recuperación. Precioso y emocionante. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, linda! A veces se puede volver a empezar. Un beso.
EliminarQue bello relato!!! y es que cuando uno se reencuentra con su verdadera esencia es cuando renace de toda ceniza.
ResponderEliminarBesos
Exacto, el avefénix del que tanto hablamos siempre. Un beso y gracias por pasar!
EliminarEspeluznante, especialmente el momento del reencuentro. Ahora solo desear que ese futuro las mantenga unidas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo. Gracias por participar.
Me gustó tu propuesta! Al menos la vida le dio otra oportunidad. Un abrazo enorme.
EliminarUna historia muy cruda que has escenificado de forma magistral.Y encima con final feliz. Un Texto de ensueño. Gracias por compartirlo. Besos.
ResponderEliminarGracias a vos, mi linda, por leerlo y dejarme tan lindas palabras. Un beso enorme.
EliminarMaravillosa historia...no hay un reencuentro mejor cuando perdemos el camino...mi adolescencia no fue muy tranquila, aunque nunca me encamine por ese oscuro callejon de las drogas...pero si bebia mucho y creo que no le tenia cariño a la vida....luego de un descenso que sufri, puedo decir que logre salir con bien y aunque no creo ser perfecta trato que mi vida lo sea....me encanto tu relato...besos
ResponderEliminarLa mía tampoco lo fue, pude salir a tiempo de la oscuridad de mí misma, son tiempos de cambios que no a todos les sienta bien. Gracias por pasar. Un beso enorme.
EliminarLa drogra es algo terrible que te aleja de todos los que conoces incluso de ti misma. Es una cruda historia con precioso y esperanzador reencuentro al final.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias! Es es un viaje de ida, como decía un comercial que alentaba a evitarla hace mucho tiempo. Un beso.
EliminarQué bonito y feliz, me ha encantado, y con esa intensidad y realismo que te caracteriza.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!
Muchas gracias, preciosa! Besos.
EliminarA pesar de todo lo duro vivido, el final es esperanzador, la verdad es que me ha encantado tu relato, Sindel.
ResponderEliminarUn besazo.
Muchas gracias, linda. Un beso enorme.
EliminarSi ya es dificil tratar de mirarse al espejo para ser uno mismo, lo es más aún para encontrase con aquel que pudo ser y no fue.
ResponderEliminarHace falta mucho valor y tu personaje lo supo encontrar.
Me ha encantado tu relato.
Un beso.
A todos se nos da una segunda oportunidad, en este caso la protagonista ha sabido tomarla. Un abrazo.
EliminarCuando se toca fondo, siempre puede haber la esperanza de renacer de las cenizas y ese reencuentro seguro que le ayudó.
ResponderEliminarUn relato duro; pero lleno de esperanza.
Un abrazo
Muchas gracias! Siempre hay una esperanza mientras haya ganas de cambiar las cosas. Un beso.
EliminarUn relato estremecedor. Es intenso y muy bien narrado. Se le fue la luz pero al final la pudo recuperar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, linda. En toda oscuridad siempre hay un punto de luz si sabe buscarlo. Un beso enorme.
EliminarComo siempre me has sorprendido Sindel, yo pensaba que se trataba de dos amigas , pero el hecho de que se trate de ella misma le da un sentido más profundo al relato. Me gustó mucho.
ResponderEliminarUn beso
Muchas gracias, Charo, me gusta haberte sorprendido, amiga. Un beso enorme.
EliminarEn este caso, un encuentro casual con la que era su ángel de la guarda...al final siempre estuvo allí...
ResponderEliminarBesos
Así es, distanciada esperando que la vuelva a mirar. Gracias, Max. Un abrazo.
EliminarMaravilloso reencuentro con esa parte de nuestro ser que nos da serenidad, equilibrio, amor propio y sentido de la esperanza, valores que a veces perdemos sin saber cómo y por qué y que muchas veces jamás reencontramos. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Moni. Hay que tratar de reencontrarlos antes de que sea tarde y se vayan para siempre. Un beso.
EliminarMuy duro pero con final feliz y es que no hay nada peor que perder la esencia de una misma, nos cuesta comprender que nuestra mejor amiga esta en nosotras. Muy bueno, besos.
ResponderEliminarExacto, todo está dentro nuestro, hay que saber elegir a quien escuchamos. Un beso enorme.
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