Escribo esta carta en este último rato de lucidez que tengo, espero que la encuentren dentro de mi cuerpo cuando todo termine.
Desde que mi marido me internó aquí, haciéndome pasar por desquiciada, he visto cosas increíbles que quiero dar a conocer antes de que mi destino sea el de otros tantos. Ya no me queda mucho, he escuchado hablar a los médicos mientras me hacía la dormida esta mañana antes de que me inyectaran uno de los tantos sedantes que me dan a diario. Esta noche vendrán a buscar el pedido y yo soy la siguiente para ofrecer lo que buscan. En este momento he vuelto en mí, de a ratos me dejan estar consciente, me traen algún libro para leer o una revista para jugar a los crucigramas que odio, pero gracias a ello tengo lápiz y papel.
Aquí hay muchos pacientes, los que tienen visitas son bien tratados y cuidados, pero los que como yo, estamos abandonados, de a poco van desapareciendo. Nadie lo nota, algunos desparecen de golpe, otros por algunos días y cuando regresan están llenos de cicatrices en su cuerpo, son sometidos a cirugías, les van extrayendo los órganos según los necesitan hasta que ya no dan más.
Ya estoy escuchando los pasos, sé que no voy a volver, porque esta vez necesitan un corazón según lo que escuché. Mejor voy terminando estas líneas, con la esperanza de que mi estrategia dé resultados, acabo de robar un guante del cesto de basura, allí pondré la carta y me la tragaré. No creo que anden hurgando tanto, seguramente tomarán lo necesario y algo más, pero mi estomago destruido por la medicación quedará intacto.
No sé si alguna vez alguien encontrará lo que guardo dentro mío, no conozco lo que hacen con los cuerpos, nunca pude dilucidarlo, pero quizás mi marido alguna vez note mi ausencia y reclame mi cuerpo, y de no ser así al menos lo he intentado.
Sindel Avefénix
Más cartas en lo de: Clark y Lois - The Daily Planet´s Bloggers
Gracias Clark y Lois
Todos los textos que están expuestos en este blog son propiedad intelectual de mi persona y están registrados bajo el nombre Sindel Avefénix. Salvo menciones expresas de otros autores.
Un relato que tiene tintes de cierta verdad, sobretodo en los tiempos que corren.
ResponderEliminarBesos
Ya lo creo amiga, la realidad supera a la ficción! Un beso y gracias por pasar!
EliminarSi estamos leyendo la carta es porque alguien se ha preocupado por esa desaparición. Espero que el marido sufra de remordimientos todo lo que le quede de vida. Lo peor es que puede estar pasando en realidad y no siempre salen estas cosas a la luz.
ResponderEliminarMuy buena inspiración.
Un abrazo.
Me gusta el enfoque que le diste, es verdad si la estamos leyendo es porque alguien la encontró.
EliminarUn besote.
Menudo drama, o tu imaginación es un portento o la realida es trágica. Unos abrazos
ResponderEliminarJaja creo que hay una mezcla de las dos cosas, besitos!
Eliminarla hemos leido, no se debe de preocupar.
ResponderEliminarSuele pasar en las residencias u otros centros asistenciales. A la gente que la vienen a ver, se preocupan más; pero a los que no van a ver, la cosa cambia, pobres.
Tu carta tiene mucho de verdad.
Un abrazo
Es un poco tomado de la realidad y todo lo que está sucediendo en el mundo actual, sobre todo con la gente que es abandonada en esos sitios. Un beso!
EliminarUy, Sindel. Una historia que le habría gustado firmar a E.A. Poe de vivir en estos tiempos.
ResponderEliminarInquietante, espero que la policía investigue ese centro.
Fuerte abrazo, amiga.
Muchas gracias Juan Carlos, no creo estar ni al tobillo de Poe, pero sí es una historia algo oscura. Un abrazo enorme!
EliminarSin duda todos escondemos algo dentro de nuestro estómago destruido por la medicación. Me ha gustado el final: ... al menos lo he intentado.
ResponderEliminarRecibe un fuerte abrazo
Alberto
Muchas gracias Alberto! Un abrazo!
EliminarUfff, los vellos de punta. Uno puede sospechar, pero al leerte es como una triste realidad de la que quisiera estar equivocada.
ResponderEliminarBuen relato.
Besos.
No sé si pasará esto en algún lado, espero que no Musa, pero de ser así, ojalá se devele. Un beso!
Eliminarqué terrible historia!...un drama tremendo que esta pobre mujer apenas busca dar a conocer por carta!...Esperemos que sea un tema solo de ficción
ResponderEliminar=)
Esperemos que sí Moni, sino sería terrible! Un beso!
EliminarSindel, gracias por este cuento solidario que nos dejas...En este tiempo de adviento no debemos olvidar a todas esas personas, que viven su soledad y su abandono como un castigo...Mi felicitación y mi abrazo grande por tu maestría, tu temple e inspiración que sabe dar realismo, intensidad y emoción al relato...Impresionante, amiga.
ResponderEliminarFeliz fin de semana, Síndel
M.Jesús
Muchas gracias por tus palabras y tu apoyo constante. Un abrazo amiga!
EliminarDesde el estómago, el cerebro, la bilis, el ojo o el intestino...esta carta dirigida a ¿quién sabe? me ha parecido un aullido estremecedor en el último momento, tal vez, el de la última lucidez.
ResponderEliminarFelicitaciones y besos.
Así es preciosa, es un grito pidiendo auxilio, aunque ese auxilio llegue tarde y para otras futuras víctimas, un besote.
EliminarTremendo el relato, me ha encantado!!
ResponderEliminarVamos a tener que buscar al marido y escribirle una historia jajaa
Muy bueno!
Besos!
Jajaja gracias amiga! Un beso enorme.
EliminarSe han hechos cosas nefastas en el nombre de la medicina, en tiempos anteriores.
ResponderEliminarY ahora también, te lo puedo asegurar! Un abrazo.
EliminarEscalofriante! Una carta que ojalá sea encontrada, si es una denuncia real... A veces se cuecen cada atrocidades que generan simplemente horror!
ResponderEliminarUn relato crudo, que bien transmite la urgencia, el miedo y el deseo de que la verdad salga a luz.
Besos!
Gaby*
Muchas gracias Gaby, esperemos que solo sea producto de mi imaginación. Un beso enorme.
EliminarTerrible, terrible. Un buen ejercicio de miedo psicológico.
ResponderEliminarGracias Tracy! Un beso!
Eliminar¡terrorífica y triste Sindel!
ResponderEliminarEsta vez salió así! Un abrazo!
EliminarUna carta escalofriante, una manera desgarradora para hacerse escuchar. Espero que ese marido pase por la misma circunstancia que tu protagonista. !Que imaginación, Sindel! =)
ResponderEliminarUn beso
Sería un acto de justicia no? Esperemos que sea así. Un beso!
EliminarEstremecedor relato, ese encierro pactado, ese morirse a trozos. Tremendo.
ResponderEliminarUn beso
Hasta tus comentario son poéticos Rosa, que lindo decis todas las cosas! Gracias! Beso!
EliminarUn texto duro y seguramente con una chispa de realidad.
ResponderEliminarUna situación extrema narrada con potencia y claridad, lo mucho o poco que tiene de ficción me ha llegado.
Besos
Muchas gracias Alfredo, ojalá no sea realidad, pero seguramente en algunos lados deben pasar cosas parecidas.
EliminarUn abrazo.
Hay que tener entereza para escribir una carta así, contando la dura realidad que esta mujer vive, sin saber sus palabras serán leídas y su muerte será la última.
ResponderEliminarMuy bueno el relato.
Bss.