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lunes, 23 de diciembre de 2024

Aniversarios que trae el olvido





Este año fue diferente.
Casi pasa desapercibido, no lo esperé.
No tuve ese amasijo de melancolía acurrucado en el pecho, ni la parafernalia de las horas que guardan un duelo, como todos los años.
Sin embargo, después, al ver el número, 22/12, en el calendario, no te voy a mentir, un frío latigazo me sacudió el alma. 
Qué hubiese sido de mí si esa fecha fuera tan solo un día más de un diciembre caluroso, si no se hubiesen cruzado tus manos y mis ganas. 
Qué sería hoy de mí, que me rompí en cien mil pedazos, de la impotencia que me cala el alma, de la secuela permanente, de la incapacidad del sentir.
Qué habría pasado si el universo se apiadaba de ese encuentro y nunca nos hubiésemos conocido. 
Qué habría pasado, no lo sé. 
Ya pasó tanto tiempo desde que acuno el olvido que cada tanto me alivia, pero que a veces se rebela, como hoy,  y me hace olvidar que te olvidé.

                                 Sindel Avefénix



Todos los textos que están expuestos en este blog son propiedad intelectual de mi persona y están registrados bajo el nombre Sindel Avefénix. Salvo menciones expresas de otros autores.

jueves, 19 de diciembre de 2024

Este jueves un relato: "Vuelo de fotos"

Este jueves me uno a la propuesta de: ARTESANOS DE LA PALABRA quienes nos proponen lo siguiente:

Imaginen una historia que puede ser de amor, odio, tristeza o de humor, de mucho humor, que no supere las 350 palabras para que todos podamos leernos y comentarnos, sabemos que por estas fechas todos estamos más ocupados y corriendo, por eso tratemos de cumplir con lo pedido.

Dejemos volar la imaginación como esas fotografías volaron y a escribir, por acá los esperamos.

                                                   Patricia y Rosana


Y este es mi relato (no tan apegado al disparador que dieron, pero va con amor)


Habían soñado toda su vida, 40 años juntos, con ese momento de la jubilación que por fin había llegado. Tenían planeado que cuando estuvieran libres de horarios y obligaciones, iban a tomar sus ahorros, pocos, a vender el departamentito de la Capital que habitaban y con eso, se irían lejos. Muy lejos.

Sus dos hijos, ya grandes, tan ocupados, no tenían mucho tiempo para ellos.

En unas vacaciones pasadas habían conocido las sierras y supieron de inmediato que ese iba a ser su futuro hogar.

Vendieron el departamento, eligieron lo que se iban  llevar y el resto lo dejaron atrás.

La plata les alcanzó justo para comprar una casita chica, pero pintoresca a pocos metros del río y con vista a las altas cumbres. Habían logrado que el dueño anterior les bajara el precio ya que por esas cosas de la vida, mientras ellos querían huir del ruido de la capital, él quería instalarse en el caos porteño. Con mucha ilusión y poca experiencia hicieron la transacción.

Con ayuda de los vecinos nuevos la pintaron, la decoraron y la hicieron su hogar. Conocieron nuevos amigos, adoptaron varias mascotas y su vida fue soñada durante todo el otoño y el invierno. Pero cuando llegó el verano el calor empezó a ser insoportable, el río como por embrujo se secó y el agua del arroyo no alcanzaba para nada.

Una mañana se levantaron a desayunar y cuando salieron a la galería vieron los incendios. Estaban lejos de las llamas, pero el viento no les favorecía. Hasta ahora nadie les había avisado que esa zona cada tanto se incendiaba, ni que cada año el fuego se acercaba un poco  más.

A los pocos días ya tenían las llamas encima, entre los vecinos apagaban como podían los focos de fuego, hasta que no pudieron respirar más. El humo ya era intenso.

Entonces llegaron los bomberos, la ayuda solidaria, el dejar la casa, las mascotas, los sueños.

Recién a los dos meses pudieron volver para ver lo que había quedado. Bajaron del auto que los había llevado con el horror en el pecho.

Todo era cenizas, la casa escombros, el jardín un cementerio. Lloraron abrazados por horas hasta que cansados se dispusieron a volver. A los pocos pasos, sorprendidos, vieron sobre una mata verde impoluta, que había resistido el fuego, una foto, un retrato enorme de ellos dos abrazados el día de su casamiento.

Se miraron con todo el amor que se tenían, sonrieron y entrelazando sus manos emprendieron la marcha hacia un nuevo comienzo.


                                                                               Sindel Avefenix

 

Para más fotos volando ir a: Artesanos de la palabra








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martes, 10 de diciembre de 2024

LLEGARON LAS TARJETAS NAVIDEÑAS

Cómo todos los años Mónica se ha tomado el trabajo de hacernos estas hermosas tarjetas navideñas. Lo más lindo de todo es que logra unirnos a todos los jueveros y blogueros en un mismo escenario más allá de cualquier distancia. 
Gracias por tu dedicación! Los animo a visitar su blog  Neogeminis que está lleno de cosas maravillosas 






martes, 3 de diciembre de 2024

Este jueves un relato: "Tú y yo en una isla"



Este jueves me sumo a la convocatoria de: MARCOS PLANET
que nos invita a escribir sobre una isla bajo la consigna: "Tú y yo en una isla"


Y este es mi aporte:
 

Lo primero que sentí fue sed.  Una necesidad insoportable de beber, mi cuerpo estaba lleno de arena y me faltaba el aire. Me incorporé como pude, aturdida,  no sabía qué hacía en esa isla desierta ni cómo había llegado.

En busca de agua potable y de respuestas comencé a andar por un camino que salía desde la playa y se adentraba en la isla. Durante horas caminé, la sed me agotaba, pero seguí adelante. Después de un rato largo llegué a un manantial que parecía más una alucinación que real. Estaba  rodeado de árboles frutales, era un paraíso. Me tiré al agua sin pensarlo y bebí hasta que me dieron arcadas. Terminé recostada a la sombra de un árbol y me dormí.

Me despertó el sonido del canto de una mujer.  La dulzura de su voz  me invitó  a seguir la música que se escuchaba más cerca a medida que rodeaba el manantial. Ya atardecía. A los pocos pasos la ví.  Estaba de espaldas, tenía el cabello blanco ensortijado, ropa negra desgastada y lavaba algo en la orilla. Despacio, sin intención de asustarla le toqué el hombro y al darse vuelta un frío estremecedor me recorrió la espalda. Sus ojos eran los míos, pero vacíos de expresión, su rostro tenía el peso de una vida entera. Era igual a mí, pero con unos 30 años más. Entonces  me tomó la mano y me dijo que no me asustara, que me había estado esperando. Y sentí mucha paz.

Me invitó a una cueva donde había armado su hogar y me alimentó y cuidó por mucho tiempo. Los primeros días nos quedábamos hasta el amanecer charlando, ella tampoco recordaba cómo había llegado allí, ni cuantos años habían pasado. Me contaba cómo había sido su vida después llegar, un recorrido crudo de soledad.  No había elegido quedarse ahí, pero había cometido un error y ya no  había podido  salir de la isla. Quería advertirme que si yo hacía lo mismo no podría  cambiar mi destino. Al principio me parecía interesante,  pero después empezaron a pesarme sus consejos. El misterio de no decirme concretamente cuál era ese error o como salir de ahí.

Tenía que librarme de ella, buscar la forma irme de la isla y hacer mi vida.  Atada a esa mujer a la cual jamás me parecería,  no iba a lograrlo.

Esa misma noche la maté, recuerdo sus manos intentando sacar mis manos de su cuello, sus ojos aterrados, su última expiración que ahogaba una palabra. Error.

Entonces lo entendí, ese era el error que ella también en algún momento había cometido.

Nunca más pude salir de la isla. Ya pasaron 30 años, calculo, desde que llegué, mi reflejo en el agua del manantial es igual a ella.

Ahora soy yo la que espera en soledad que llegue alguien a tocar mi hombro para intentar al menos,  cambiar su destino.

                                           Sindel Avefenix 


Para más relatos ir a: MARCOS PLANET




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miércoles, 20 de noviembre de 2024

ESTE JUEVES UN RELATO: PALABRAS DE OTROS

Esta semana me sumo a la propuesta de: MÓNICA que nos propone crear un texto a partir de una frase que elijamos entre las muchas que nos sugirió de distintos autores.

Yo elegí la siguiente:
En algún lugar debe haber un basural donde están amontonadas las explicaciones. Cortázar

Y este es mi aporte juevero:

En algún lugar debe haber
una nube de lágrimas y sangre,
una luna llena de suspiros,
un mercurio ardiente de gemidos,
un sistema solar vacío de hambre.

En algún lugar debe haber
una tumba de poemas y canciones
una cripta tapiada de rencores,
una corona de besos de colores,
un cementerio de rosas y de amores.

En algún lugar debe haber
un desierto de caricias y dolores,
una isla secreta de pasados,
un continente de sentires acallados,
un ecuador de deseos y pasiones.

Pero acá;
en el cuenco de mis manos,
está el agua donde lavo los recuerdos,
está el surco de la cuerda  y de los duelos,
está el elixir clandestino de los sueños,
donde convergen el renacer y el olvido
cincelando el porvenir en mi reflejo.

Sindel Avefenix

Para leer más palabras de otros entra al blog de MÓNICA






Todos los textos que están expuestos en este blog son propiedad intelectual de mi persona y están registrados bajo el nombre Sindel Avefénix. Salvo menciones expresas de otros autores.

martes, 5 de noviembre de 2024

viernes, 11 de octubre de 2024

Ya no soy recuerdo


Mi nombre,
que fue universo y verbo,
se desdibujó en el tiempo,
letra a letra, prohibido,
como el peor veneno.
El pasado que habité
eclosionó y, disgregado,
esparció sus cenizas al viento,
bordando el aire de entierro.

La negación de mi existencia
modificó la historia,
sobrescribió el destino
con el pesimismo de la pérdida,
y maquilló las cicatrices
con la nada de la ausencia.
Se evaporó el inicio,
abortado de todo nacimiento.
Su inútil trascendencia
no tiene muerte ni extremo.

No hubo despedida ni duelo;
solo un acto de destrucción,
una sentencia concluyente
de la memoria al destierro.
Extirpadas fueron de ella
mis huellas encarnadas
sin preaviso ni anestesia,
con el filo acerado del dolor.

Ya no soy recuerdo,
ni pasado, ni presente.
Todo lo que fui
ya no lo soy.


Sindel Avefenix







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