Todos mis amigos le tenían miedo a los monstruos, sobre todo a los que podían aparecer mientras pasaban por la vigilia que antecede al sueño. Algunos decían haber visto movimientos en los rincones de su habitación, otro me contó que todas las noches la puerta de su ropero se entornaba y de allí salían extraños sonidos. Y mi mejor amiga juraba que el oso de peluche que estaba en su silla de descanso, antes de dormirse le mostraba los colmillos. Cada uno tenía su propio miedo, todos infundados, todos productos de la imaginación de niño tantas veces atormentada por amenazas que los adultos hacen sin darse cuenta de lo que generan.
En cambio, yo sentía que la noche era el único momento en el que estaba a salvo. Mi cama era el refugio que acunaba mis trenzas despeinadas llenas de sueños de salvación. Yo no le tenía miedo a la soledad nocturna, me reconfortaba el beso de mi madre y la última mirada que me daba mi padre antes de ir a acostarse.
Mi miedo era otro. Era pánico, era real, era terror.
Era un miedo secreto, un miedo escondido que jamás podría contar. ¡Quién iba a creerme!
Quién iba a entender por qué una nena de ocho años un sábado no querría salir de la cama para jugar. Nadie. Así como nadie reparaba en mis llantos, ni en mis ruegos para que mis padres no se fueran a trabajar juntos y me dejaran en casa, sobre las fauces del monstruo. Quién iba a creerme o a darle importancia a mis pedidos.
Era lógico que pensaran que era una rabieta de nena mimosa. Quién iba a imaginarlo, en qué mente podría procesarse semejante verdad, semejante horror repetido cada sábado, cuando con la excusa de cuidarme de cerca, mi abuelo, que era el peor de los monstruos, abusaba de mí.
Sindel Avefénix
Nota aclaratoria: Viendo en los comentarios la preocupación de mis compañeros sobre la realidad de este relato, quiero aclarar que es solamente producto de mi imaginación.
Más miedos infantiles en lo de: Charo - ¿Quieres que te cuente?
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La traca final me ha encogido el corazón, ese sí que es miedo.
ResponderEliminarSí, cuando lo terminé de escribir me pasó lo mismo. Gracias, un beso.
EliminarEsos monstruos son peores que vampiros, fantasmas, licantropos.
ResponderEliminarSaludos.
No tienen nombre, ni dimensión. Gracias. Un abrazo.
EliminarEl peor de los monstruos, el que el miedo impide denunciar, el que marca para toda la vida, tengo ganas que cambie el tema de la convocatoria, estos días estoy sufriendo con los miedos infantiles, lo contais tan bien que me lo creo. Un abrazo
ResponderEliminarEs un tema fuerte el de los miedos. Algunos han sido blancos, pero estos son óscuros por demás.
EliminarGracias, linda. Un beso.
Ufff!... un final tormentoso.
ResponderEliminarFeliz viernes Sindel.
Besosss!
Muchas gracias, Carmen. Un beso.
EliminarTu relato, que espero sea producto de la imaginación, me ha dejado sin palabras.
ResponderEliminarEse si que es un monstruo para temer.
Saludos.
Hola Juan, es solo una historia ficticia, sé que es dura, pero que pasa, pasa. Un abrazo!
EliminarEse si que es un relato de miedo, me por desgracia demasiado real.
ResponderEliminarBesos
Sí, lo sé! Por eso quise escribirlo así. Muchas gracias, un beso.
EliminarRealmente como para no darle miedo. A veces el monstruo es más cercaono de lo que pensamos.
ResponderEliminarBesotessssssss buen finde
Más cercano y más real! Gracias Yoik! Un besote.
EliminarEso sí que es una pesadilla que te marca de por vida. ¿Quién te va a creer?
ResponderEliminarQué duro.
Un beso enorme.
El miedo a contar esas cosas las mantiene ocultas. Por eso suceden tanto. Un besote.
EliminarMuy duro tu relato. Eso es otra cosa, eso ya no es miedo, es mucho peor. ¿Cómo alguien puede pensar que el que nos ha de cuidar nos quiere hacer daño?
ResponderEliminarUn abrazo
A veces los peores monstruos están cerca. Gracias por pasar! Un beso.
Eliminarajjj tremendo!... terrible relato que me llega a los huesos. Alguna vez, de forma inesperada y ya adulta, una ex compañera de colegio me contó que había sufrido en carne propia algo así. Sin palabras... sólo repugnancia e indignación.
ResponderEliminarUn abrazo
Es que no hay palabras, Moni! Pero cada tanto uso este tema para escribir para que lo tengamos presente, porque sucede mucho más de lo que parece. Un beso enorme.
EliminarMe has dejado helada, conmocionada y soprendida desagradablemente. Espero que el relago se solo fruto de tu imaginación. Este pensamiento me libra de la angustia que me ha producido. UN BESO.
ResponderEliminarQuerida amiga, por suerte es solo ficción. Tranquila! Pero hay que saber que estas cosas pasan. Un abrazo enorme.
EliminarPobrecilla, eso sí que es pasar miedo. Y lo peor es que pasa de verdad aunque tu relato sea una ficción. Muy bueno y bien narrado.
ResponderEliminarUn beso.
Sí lo sé, por eso aclaré que en este caso era solo un relato. Gracias, linda.
EliminarBesos.
¡Crudo y cruel ese miedo real que tenia la pobre niña. Angustioso cambio del amor fraterno a la barbarie de un monstruo. El peor de los terrores.
ResponderEliminarUn beso
El peor de los monstruos que a veces están más cerca de lo que creemos. Un beso!
EliminarAunque este magnífico relato sea fruto solo de la imaginación, todos sabemos que estas cosas existen más de lo que nos creemos e incluso más cerca de lo que pensamos...y lo peor es saber que va a ocurrir cada sábado, y que nadie va a creerte si lo dices. Sindel has puesto el dedo en la llaga, este es un terror real, por qué iba a tenerle miedo la pobre criatura a monstruos imaginarios si ya tenía uno tan de carne y hueso.
ResponderEliminarEnhorabuena!
Muchas gracias por participar.
Un beso
Muchas gracias, Charo! Ha sido un gusto participar, mis musas esta vez se han retorcido un poco, pero esto sucede y me gusta mostrarlo para que no lo olvidemos. Un beso enorme.
EliminarNo se que comentar...me he quedado sin palabras...o quizás sea que si empiezo a hablar voy a llenar todo el espacio permitido con mi enojo..Se me ha abierto un boquete en la garganta y un puño cerrado aprieta mi estomago..No se trata de una historia mas, sino que eres la voz de miles de niñas y niños que sufren abusos y lo que es peor, por personas que ellos quieren y confían..
ResponderEliminarTengo nietos..5 y uno por venir..y espero que jamas nadie los dañe...besos..
Te entiendo, luego de escribirlo y leerlo para corregir algunas cosas me ha dado escalosfríos. Pero me gusta mostrar que estas cosas suceden, y más de lo que pensamos. Un beso.
EliminarAbsolutamente genial. Me asombra esa facilidad que tienes para escribir. Da gusto leerte.
ResponderEliminarDel tema... no se puede añadir más. Terrorífico drama de la vida real.
Toda mi admiración.
Muchos besos :)
Muchas gracias, linda! No es tan fácil a veces me bloqueo y mis musas se van de vacaciones! Un beso enorme.
EliminarTerrible situación que intuyo mucho más frecuente de lo que las noticias al respecto nos dejan entrever. Pienso que es tan sólo la punta de un iceberg siniestro, el del abuso de menores.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Totalmente de acuerdo con vos, Pepe. Las noticias tapan bastante estas cosas, pero hay que saber que pasan, que son reales y que destruyen vidas.
EliminarUn abrazo enorme.