Los del gobierno dicen que fueron los de la oposición mostrando sus desacuerdos.
Los de la oposición dicen que fueron los del mismo gobierno, disfrazados de opositores, para poder victimizarse ante el pueblo.
El pueblo no sabe quién fue, algunos dicen que fue un loco fanático en nombre de la patria. Otros, piensan que fueron las fuerzas armadas ansiosos por volver al poder. Y los menos, opinan que fueron actos de terrorismo internacional.
Nadie sabe quién pudo haber perpetrado semejantes actos de violencia.
El gobierno piensa en que necesita encontrar urgente a los culpables para limpiar su imagen, la oposición en librarse de las acusaciones y el pueblo en poder enterrar lo que queda de sus muertos. Cincuenta dicen algunos, cien los que filtran información y más de doscientos los que hablan de oído.
En dos meses es el segundo atentado contra personas inocentes, esta vez en una marcha por la paz organizada después del primer atentado en un recital de rock.
Las muertes no paran, el dolor se desangra en cada explosión, en cada disparo al azar de alguien que juega al tiro al blanco contra otros seres humanos. El miedo se instala en las calles.
La vida de cualquiera se juega a cada segundo, en cualquier lado, en cualquier momento se puede perder, todo depende de esa moneda lanzada al aire, esa moneda que cae y dictamina a cara o cruz la locura de uno, o de unos cuantos, que en nombre de la patria, de Dios, o de algún absurdo fanatismo decide de forma despiadada el destino de los otros.
Sindel Avefénix
Más sobre terrorismo patrio en lo de: Gustavo - Juliano el apóstata
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