Hacía mucho tiempo que la rondaba
ese mal pensamiento. Pero esa mañana era diferente, no podía dejar de macerarlo
en su mente. Tenía que elaborar un plan, algo que la librara de ese infierno en
el que vivía.
La noche anterior las cosas habían llegado demasiado lejos. Sus
brazos eran un campo minado de moretones nuevos y todavía podía sentir el sabor
metálico de la sangre en su boca, la hinchazón en su ojo derecho, y el
ardor del desgarro en sus zonas íntimas.
Puso en una taza un saquito de té de tilo tratando de
alejar esas locas ideas, sabía que era
imposible librarse de él a no ser que...
La pava silbó anunciando que el
agua hervía. Se despabiló unos minutos pero apenas volvió a sentarse a la mesa
de la cocina un aluvión de recuerdos, todos nefastos, la invadieron. Recordó el temor que sentía
cuando se acercaba la noche, nunca sabía
cómo iba a terminar. A veces podía descansar
pero otras, las más usuales, él
llegaba con ese olor ácido del alcohol barato, propinándole insultos sin motivo, golpes y el después.
Libraba una batalla constante contra su dignidad, hacía
esfuerzos que nunca le daban buenos resultados, y que incluso provocaban en el
otro más excitación. Las últimas veces
había optado por quedarse inmóvil, recibiendo los golpes como si fueran
caricias, y las violaciones con los ojos cerrados, dejándose llevar lejos,
soñando que algún día las cosas iban a cambiar.
El timbre del teléfono la hizo
pararse de un respingo, estaba sensible a todo, al levantarse sintió un tirón
en la espalda y se acercó al aparato con dificultad. Una voz extraña le dio la
noticia. Se desplomó en la silla sin
decir nada, del otro lado la voz le decía que lo sentía mucho, le preguntaba si
estaba bien y si había comprendido lo que había pasado en el accidente.
Respondió que sí, pidió los datos del lugar donde tenía que ir a reconocer el
cadáver de su marido, y colgó.
Todos sus malos pensamientos se
disiparon, sintió que tenía la mente vacía y en paz.
Por fin sus sueños se habían convertido en
realidad.
Sindel Avefénix
Más recuerdos, sueños o pensamientos en la casa de:María José
Sus sueños se hicieron realidad y yo lo que me alegro!
ResponderEliminarTiene que ser tremendo pasar por todo eso y muchas veces sola con el temor de decir nada a nadie y deseando su muerte llegandi incluso en pensar en acabar con su vida.
Duros tus pensamientos, Sindel, pero muy reales.
Un besito.
Hay miles de mujeres que pasan por esto, que no pueden decirlo o lo hacen y son ignoradas. Me pareció una buena idea darle ese final justo.
EliminarGracias Tere, un besote :)
Un sueño casi deseo, y bien merecido que este en paz, pues como dice Teresa, tremendo momentos de angustia, dolor y castigo en manos de un desalmado.
ResponderEliminarMuestras una realidad que duele.
Buen relato.
Un abrazo.
Es muy triste que pase algo así, y lo peor es que es más frecuente de lo que pensamos. Ojalá todas estas historias tuvieran un mejor final, o ni siquiera ocurrieran.
EliminarUn beso Cecy :)
Jo, me he visto reflejada en este relato, era yo sin duda. Tuve los mismos pensamientos y me habría alegrado de ese accidente lo mismo que tu protagonista. Como la vida misma.
ResponderEliminarBESOS.
Me dejas helada con tus palabras, debe ser tremendo pasar por algo así, no sabría como actuar, porque sé que a veces verlo de afuera parece simple pero estar dentro no lo es.
EliminarNinguna mujer merece eso. Ningún ser humano.
Gracias por tu comentario.
Un beso Ana.
De veras espero que logre hallar la fuerza para cortar de cuajo esas cadenas que la unen al desamor y a la violencia. Una realidad dolorosa quese repite para tantas mujeres, lamentablemente.
ResponderEliminarUn abrazo
Sí, ahora se le abre un abanico de posibilidades para utilizar su libertad, ojalá sepa aprovecharlas. Yo creo que luego de pasar algo así, se debe aprender mucho.
EliminarGracias Moni, un besote.
Sueño cumplido. Y yo me alegro.
ResponderEliminarUltimamente me gusta escribir finales felices ;)
EliminarGracias por tus palabras.
Un beso.
Esperó demasiado; pero al final se libró de esa bestia, que al fin y al cabo es lo que era, porque una persona que maltrata no se puede considerar humano.
ResponderEliminarMuy buen relato
Un abrazo
Sí, estoy completamente de acuerdo con vos, por eso disfrute mucho dándole ese final a la historia!!!
EliminarGracias por pasar, un abrazo Carmen!!!
Un relato que es fiel reflejo de una realidad que se va haciendo muy habitual en esta época, tristemente. Es algo de lo que se habla mucho en estos días por aquí, por la cantidad de casos de violencia doméstica. La mujer de tu historia, tuvo una gran suerte al final: ese accidente que vino a traer justicia (divina?)... creo que sí.
ResponderEliminarSu sueño se cumplió, mejores sueños le traerán nuevas noches.
Un beso al vuelo:
Gaby*
Si por acá también es un tema actual, creo que siempre lo fue lo que pasa es que ahora las mujeres se animan más a hablar y denunciar.
EliminarOjalá todo cambiara y ya no hubiera que hablar de esto.
Un abrazo enorme :)
Este sueño merecía convertirse en real, destino o un mal pensamiento muy concentrado, lo lograron, lo de menos es el cómo. Sobran pésames.
ResponderEliminarLa constatación de una realidad del día a día con final feliz nos regalas, me gustaría decir "nunca jamás", pero...
Besito cariñoso amiga Sindel.
A mi también amiga me gustaría decir que esto pasa solamente en mi relato, pero lamentablemente es muy real en muchos lados.
EliminarGracias por pasar Natalia!!!
Un beso gigantesco :)
Hubiese sido mejor y más digno, librarse por su propia voluntad. Aun así, la vida esta llena de situaciones complejas, a veces realidades que nos negamos a ver. De haber nacido con el futuro escrito en un manual, dejaría de ser futuro y sería monotonía... Bien o mal, fue bueno que se halla librado de tan inmeso patán.
ResponderEliminarUn abrazo.
A veces se necesita más que voluntad, el miedo nos ciega, no nos permite ver más allá del problema a resolver. Pero en este caso se ha resuelto solo.
EliminarGracias por pasar Carlos.
Un abrazo :)
un relato muy real que a muchas mujeres les sucede y que en cierta forma tampoco saben que hacer... muy impresionante relato, crudo y real... me deja sin palabras y con el corazón apretado
ResponderEliminarMaría sé que es un tema crudo, pero a veces hay que tocar estas cosas.
EliminarGracias por tus palabras amiga.
Un besote.
Un texto completo. Lo triste es esperar que la providencia del azar o divina, se encargue del desarraglo y desbarajuste de nuestras vidas.
ResponderEliminarUn saludo
Si es verdad, pero al menos esta vez llegó el alivio.
EliminarGracias por pasar.
Un besote
Deseo convertido en realidad. Lo malo es que esto sucede casi siempre en la ficción y no en la vida real. Que triste que esto siga ocurriendo. Me gusto mucho. Un beso y gracias por participar.
ResponderEliminarGracias María José, la verdad que hoy me dí cuenta de que no solamente los maltratos físicos son mortales para la mujer, hay otros que también nos hacen muchísimo daño.
EliminarUn besote.
La pena que me da todo esto Sindel, es que sea un sueño que tenga que hacerse realidad. Que no se pueda salir de una situación así por una misma debe ser muy doloroso, ver tu libertad atrapada en un camino sin salida es muy triste.
ResponderEliminarMe alegro por ella, por que su derecho a tener una vida propia pueda cumplirse, muchas de ellas suelen ser protagonistas de las páginas de sucesos y no por un accidente...
Muy bueno, Sindel...
Es cierto que la mayoría de las veces estas cosas terminan en tragedia, es muy difícil salir de estas situaciones, mirarlo de afuera es una cosa pero estar dentro debe ser desesperante. Así que elegí que gané el buen final.
EliminarUn abrazo enorme y gracias por pasar.
Esta realidad tan frecuente que tanto nos duele!!! Hoy temprano oía en la radio que la mayor cantidad de denuncias suceden por la mañana...
ResponderEliminarUn hilo conductor y un tema que lastima, tan necesario de encarar. Ojalá se encuentren las fuerzas suficientes para terminar con una relación así.
Tu relato nos deja el deseo de un tiempo mejor para quien tanto ha sufrido, y que solo tuvo la fuerza de los sueños, para poder poner punto y aparte en su vida.
Aunque el tema es de difícil digestión, tu forma de relatar siempre nos hace agradable la estadía en tu blog.
besos jueveros, y buen fin de semana!
Muchas gracias!!! Me siento halagada por tus palabras, sé que es un tema fuerte y no quise darle más imagenes que no fueran necesarias al relato.
EliminarEs lindo saber que tiene el punto justo para que llegue sin pegar demasiado bajo.
Un besote enorme!!!
Hace unos días publiqué un relato que tenía escrito hace tiempo que trata el mismo tema.
ResponderEliminarMi protagonista no tuvo la suerte de que un accidente la librara de su verdugo así que decidió acabar con la situación aunque para ello tuviera que acabar con su propia vida.
Una situación que no acabamos de erradicar.
Un beso Leonor
Tenés razón Leonor, ahora que me lo mencionas me acuerdo de haberlo leído e incluso comentado. Es un tema que hay que tocar, hacer ver, porque pasa más de lo que uno se imagina.
EliminarUn besote y gracias :)
Si Marta aquí también es un mal que se ve a diario, además de todas las historias calladas que no se atreven a contar. Es una locura que pase esto. Pero me queda la esperanza de que en algun momento todo cambie para bien.
ResponderEliminarUn besote.
Que pena tener que esperar a que un golpe del destino cambie la vida. Lo justo seria poder tener la fuerza de decir hasta aquí, lo justo sería contar con las ayudas sufientes para sentirse segura despues de decirlo, pero resulta que la vida en demasiadas ocasiones no es justa.
ResponderEliminarMuy bien tratado el tema Sindel.
Un abrazo.
Gracias San!!! Es muy difícil salir de estas situaciones, ya sea maltratos físicos o psicológicos. El que está dentro tiene miedo porque se siente solo y atrapado, pero muchas veces se logra.
EliminarUn besote.
Muy buena y real tu historia, la pena es que en este momento habrán muchas mujeres soñando al igual que tu protagonista, en que un día pueda cambiar su suerte. Ella al menos ya puede dormir tranquila. Besitos.
ResponderEliminarSi Pepi es cierto, ojalá todos esos sueños se conviertan en realidad, un abrazo gigante :)
EliminarTremendo y durísimo. Sí a veces los sueños se hacen realidad. Tu cuento le dio un alivio a la protagonista en ese final. Por desgracia, la realidad es mucho más compleja, supera la ficción; el dolor, el terror, los trastornos emocionales etc siguen a esas mujeres durante mucho tiempo o siempre.
ResponderEliminarUn abrazo Sindel
Si es cierto, no se cura de un día para el otro, hay que darse un tiempo para sanar las heridas que no solamente son externas, pero al menos es el principio de algo mejor a lo que venía sucediendo.
EliminarUn beso enorme.
Pues que no lo siento, que a veces uno tiene sus dudas respecto de si la pena de muerte no es una solución legítima y este es uno de ellos.
ResponderEliminarBuen relato, atrapa.
Besos amiga.
Si Juan Carlos yo también a veces pienso que estas cosas no tienen perdón, y habría que re ver el tema de la justicia.
EliminarUn abrazo.
me has hecho pensar en aquel dicho referido a los cuatro tipo de personas... los que provocan cambios, los que saben de los cambios pero no se atreven a enfrentarlos, los que esperan que los cambios vengan solos, los que ni siquiera se enteraron que la posibilidad de cambiar existe...
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