Había intentado dejarlo muchas veces, durante el día se entretenía y la ausencia era bien llevada, pero durante la noche no lograba pegar un ojo sin él, y amanecía sobre la almohada empapada por su propio llanto. Entonces todo volvía a comenzar. La dependencia, la necesidad de sentirlo, el placer de saborearlo.
Toda su familia intentaba persuadir su pensamiento para que lo dejara, le enumeraban las consecuencias que le traería si seguía con él, y cuánto crecería con el éxito de poder desprenderlo de su vida. Pero ni así podía decidirse.
Los plazos fijados para dejarlo ya habían expirado. Había logrado que le dieran algunas prórrogas, pero ya no le darían más. Y la noche anterior a su cumpleaños llegó por fin el ultimátum de sus padres.
Cuando despertó, a la mañana siguiente, supo que ya no había vuelta atrás, así que lo miró, lo sintió y lo disfrutó por última vez. Había llegado el momento de la despedida. Lo tomó en sus manos y se lo entregó a su madre que había venido a saludarlo y estaba sentada sobre el borde de su cama. La mujer se levantó y con una sonrisa enorme guardó el chupete celeste y gastado en una caja junto a los demás recuerdos que atesoraba de su hijo, que ese día cumplía los cinco años.
Sindel Avefénix
Más despedidas en lo de:Pepe - Desgranando momentos
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Hermoso relato, la expectativa hasta el final, y más aún con esos 5 años.... besosssss
ResponderEliminarMuchas gracias Abril! Un beso!
EliminarMuy bonito relato Sindel... yo estoy batallando mucho... para que mi niña de 2 años y 7 meses me dejé el biberón.... ella aún no quiere despedirse de él... para ella es algo valioso y tranquilizador. Para mí es algo que creo que sólo lo estropeara los dientes que ya tiene. Saluditos.
ResponderEliminarBueno pero aún es pequeña, dale tiempo ya se va a sentir lista para dejarlo. Gracias por pasar!
EliminarUn beso.
!Que despedida! no me esperaba que fuera un chupete. Que dulzura de relato, con un final sorpresivo y una tierna despedida. Te quedo hermoso!
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias! Quise darle un toque distinto a lo usual que escribo.
EliminarUn beso.
Despedirse de un chupete es casi un drama, tu has acompañado con tus letras al pequeño, no le ha resultado tan duro . Abrazos
ResponderEliminarGracias Ester, lo pasé casi así con mi hijo, por eso me siento identificada con esa mamá.
EliminarUn beso.
jajajaja, no sé por qué creía que de quien se tenía que despedir era de los cigarrillos, jajajaja y al final era un niño de cinco años despidiéndose de su chupete, qué bueno!!!
ResponderEliminarJajajaja me encanta que te haya podido engañar un ratito.
EliminarGracias por tu comentario, me hizo reir.
Un besote.
Me ha encantado esta despedida tan original :)
ResponderEliminarNo me esperaba ese desenlace. Muy bueno!
Muchos besos
Muchas gracias Carmen! Beso enorme.
EliminarY sí, dejar el chupete... si no lo haces puedes quedar en la etapa oral.
ResponderEliminarSí, igual siempre nos queda algo de la etapa oral.
EliminarUn abrazo.
jaja una prueba indiscutible de madurez!
ResponderEliminar=)
Gracias Moni! jajaja
EliminarBesitos.
¡Ay que ternura, amiga! creo que es una de las despedidas que se recuerdan siempre.
ResponderEliminarUn abrazo
Sí, un gran paso para crecer. Besos!
EliminarQue difícil se les hace a los pequeños de la casa el dejar atrás sus objetos que les dan seguridad y paz, ya sean chupetes u otros objetos.
ResponderEliminarBesos
Generan tanto apego que es difícil lograr que lo descarten a tiempo. Besitos y gracias!
EliminarAl paso de los años, comprobaremos entre despedida y despedida que la de nuestro lejano chupete fue tal vez la más traumática.
ResponderEliminarY hay mucho de aspecto psicológico sobre la etapa oral, y nuestras ansiedades puestas en ese objeto.
EliminarUn abrazo, bienvenido y gracias por tu comentario!
Reconozco que no lo había entendido. Pero sí, sobre todo de leer los comentarios. Para el pequeño fue todo un drama. Y cuando tal vez desee que su madre no lo cuente en público.
ResponderEliminarOriginal planteo.
En serio? Pensé que era un relato simple, pero a veces pasa que uno se enreda con las palabras.
EliminarUn abrazo.
bellisimo
ResponderEliminargracias por compartirlo
Gracias! Saludos!
Eliminar¡ Que momento más bello amiga !
ResponderEliminarDejar el chupete a los cinco años tiene que ser muy duro, aunque la ternura de esa madre guardandolo entre los otros recuerdos del infante me trae recuerdos de cuando yo guardaba los primeros dientes de mis hijos, cada uno con su fecha, colocaditos en dos cajitas que aun conservo en un cajón de mi mesilla, y que siempre han arrancado las risas de los mios.
Abrazos y disculpa mis ausencias.
Son impuestas y os extraño mucho a todos.
Hola preciosa! Son momentos inolvidables, el crecimiento de nuestros hijos y esas cosas que atesoramos de su niñez.
EliminarGracias por pasar Lucía, no estás ausente nunca en mi corazón.
Besitos!
Ohhh Sindel, que relato más tierno... ay, un nano tan pequeño y ya afrontando una despedida... me gusta la expectación del relato, no saber hasta el final... es genial...
ResponderEliminarMuchos besinos!!
Bienvenida Perla! Muchas gracias por tus palabras, son momentos que nos van marcando aunque no nos damos cuenta.
EliminarUn beso enorme.
Buenas tardes, Sindel:
ResponderEliminarCompartes un texto tan bien escrito, como original y tierno. ¡delicidades”
Quizá debido a lo que me susurraban mis demonios mientras te leía, pensaba que la despedida sería del tabaco. Me alegra el haberme equivocado
Un abrazo, Sindel.
Muchas gracias Nino! En realidad lo escribí pensando en que podía engañarlos por un rato y que pensaran cualquier cosa. Yo también debo despedirme del tabaco, pero aún no pude.
EliminarUn abrazo enorme.
Un ritmo rápido que te va llevando de la mano sin saber cual sera el final.
ResponderEliminarMe engañastes, crei que iba a ser el tabaco, jajajajajajaja
Jajajaja me encanta haberte engañado por un ratito! Qué bueno tenerte por acá de vuelta Manuel!
EliminarUn abrazo enorme.
Perfecto Sindel, me ha encantado tu relato, encantado no impactado.
ResponderEliminarMe pense que hablabas de tabaco, nunca imagine que fuera un chupete.
El dejar el tabaco Sindel, es cuando tu lo decidas en tu cabeza.
Yo lo deje el 24 de enero del 2014 pero fué con laser, creo que solo no hubiera podido.
Un beso, nos vemos a mi vuelta
Isa
Veo que logré mi cometido. Al final no es lo que uno piensa.
EliminarYa lo he dejado hace años, pero reincidí. Creo que pronto volverá a ser el momento.
Un beso enorme!
Un placer leerte y visitarte. Sin duda, tu blog es un excelente rincón literario en el que perderse y pasar un buen rato
ResponderEliminarHola María Jesus, bienvenida a mi blog. Te agradezco mucho tus palabras.
EliminarUn Beso!
También yo pensé que te referirías a la costumbre de fumar, aunque me despistaba que pudieras soportar su ausencia durante el día y no por la noche. Estaba claro que se trataba de una adicción pero no pudo sospechar que fuera el chupete. Conocí a una chica de ¡14 años! que aún lo usaba.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ay Pepe, no me digas! Eso ya es algo muy raro, no superar la etapa oral a esa edad!
EliminarMe alegra que te haya despistado mi relato =)
Un abrazo.
Un final inesperado amiga, muy bien logrado. Desde luego que cuesta quitarle el chupete a tu hijo, y con esa edad, menos mal que tomó la decisión más acertada.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Carmen, a mí me costó mucho dejarlo y a mi hijo lo mismo. Pero hay que hacerlo lo antes posible, eso dicen los médicos.
EliminarUn beso.
Una historia con sabor muy real y bien llevada. ¡un gran final!. Saludos amiga Sindel...
ResponderEliminarMuchas gracias Lao! Un abrazo.
EliminarMuy tierno Sindel, y es que dejar ese compañero es duro para muchos chiquitos, lo has contado con mucha ternura.
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias San! Son pasos importantes en el crecimiento.
EliminarUn beso.
Tierno y emotivo, pareciera un pequeñto paso, pero gigante para él, me ha encantado
ResponderEliminarun beso, Sindel
Tal cual Ame! Muchas gracias! besitos.
EliminarJejejé, buena sorpresa, aunque, como ya había leído el cierre de la semana, me lo esperaba y eso es positivo, quiere decir que sabiendo adonde iba la historia, me ha convencido totalmente.
ResponderEliminarBesos, amiga.
Jajaja me alegro mucho que no se te haya aguado el relato sabiendo el final! Gracias amigo por tu apoyo de siempre.
EliminarUn beso enorme.