Soledad... Su soledad... Tantas soledades al mismo tiempo...
Una sensación que se engendró en su ser desde aquella época oscura, desde esa noche aún más oscura de septiembre, cuando brutalmente los subieron a un auto, a ella y a su esposo, sin razón. No sirvió de nada declararse inocentes de todos los cargos que días después les recitaron de memoria en la humedad de un centro de detención clandestino. El calvario al que fueron sometidos duró varios meses,siete para ser exactos. Durante ese tiempo vio morir a su esposo, y a tantos otros, víctimas de torturas. Vio crecer su vientre donde florecía ese hijo que estaban esperando con tanta felicidad. Y lo último que vio fue como se lo arrancaban de sus entrañas, en un parto forzado, entre sangre y drogas. Entre inconsciencia y dolor.
Después dejó de ver, por mucho tiempo, la realidad. De a ratos escuchaba entre vejaciones las preguntas de las que no tenía respuestas. Hasta que un día se cansaron, se apiadaron y tuvo la suerte de que decidieran liberarla. Una de pocos, una de tantos. La soltaron en un descampado, agonizante, abusada de todos los modos posibles, sucia por fuera y por dentro.
La vida quiso que la encontraran y gracias a las manos generosas de una familia solidaria y de los médicos pudo recomponer su existencia.
Y aunque pasaron los años y esa etapa terrible de la historia pasó, cada noche ella y su recuerdo se recuestan en la cama y se abrazan sintiendo su vientre vacío con la esperanza de que algún día, en algún lugar, la vida le devuelva lo que le arrancó y pueda dejar de sentir en su cuerpo y en su alma tanta soledad.
Sindel Avefénix
Todos los textos que están expuestos en este blog son propiedad intelectual de mi persona y están registrados bajo el nombre Sindel Avefénix. Salvo menciones expresas de otros autores.
Qué triste etapa, cuantos desaparecidos, cuantos robos de vidas, dolor que perdura y soledad desgarrada que busca con dolor las ausencias. Un relato muy bello y muy triste a partes iguales. Un abrazo
ResponderEliminarUna época que merece ser recordada para no volver a permitir que se repita, jamás. Gracias, linda. Besos.
EliminarBuenas noches , un relato con mucha carga de tristeza y de horror para esa pareja que truncaron sus vidas, es una soledad forzada y de que modo .
ResponderEliminarUn abrazo y feliz resto de semana.
Una pareja de tantas que vieron su futuro hecho pedazos. Gracias por pasar. Un beso.
EliminarEs desgarrador cuando te arrebatan a un hijo, el sentir de impotencia ante lo que no puedes cambiar, el vacío de todo, la tristeza y la soledad te abraza y no te suelta.
ResponderEliminarUn beso, Sindel
Un vacío perpetuo. Gracias por pasar, linda. Besos.
Eliminar¡Hola! ¡Qué triste recuerdos! Y esa ausencia que no se llena ni se va. Precioso y triste el relato.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Hola! Bienvenida! Sí, recuerdos imborrables de sangre y dolor. Gracias por tus palabras. Un abrazo.
EliminarSiempre hay personas solidarias en esta vida.
ResponderEliminarDesgarrador tu relato, mi querida Sindel, cómo me alegra volver a leerte.
Un beso bien grande.
Gracias, preciosa! Los extraño, así que acá estaré cuando pueda. Un beso enorme.
EliminarTal vez sea esta una de las soledades más crueles, aquella que es infligida por otro ser humano, la que nace de la maldad ajena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pienso lo mismo, Esther! Gracias por pasar. Un abrazo.
EliminarNadie puede recuperarse al cien por cien de estas etapas duras de la vida y mas cuando ves como te han sido arrancadas todos tus sueños y esperanzas .
ResponderEliminarBesos
Son llagas que quedan como estigmas en la vida. Un beso enorme y gracias por leerme.
EliminarUna profunda tristeza me inunda cuando pienso los terribles crímenes contra la humanidad que se han cometido, se cometen y se seguirán cometiendo al amparo de la impunidad y al servicio de oscuros y bastardos intereses.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
A mí me pasa lo mismo, Pepe. Por eso a veces soy reiterativa con el tema, es que no puedo olvidar por lo que pasamos acá, no quiero que se olvide, ni que se repita jamás.
EliminarUn abrazo enorme.
No sé como se pudo recomponerse del vacio que que le dejo su hijo, y llenar la soledad de su vida. Debió de pasar mucho tiempo.
ResponderEliminarUn relato impactante y muy bién expuesto- Besitos-
Muchas gracias, preciosa. La vida sigue, más allá de todo. Diferente y doliente, pero sigue. Un beso enorme.
EliminarTremendo Sindel, por mucho que el tiempo pase hay historias que permaneceran vivas siempre. Cuanta tristeza.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Sí, historias que tienen que ser contadas para que no olvidemos que fueron realidad. Un beso enorme. Gracias por leerme.
Eliminarmaldita soledad irreparable, malditos ellos.
ResponderEliminary la memoria implacable, que no salva pero los nombra. al menos, los nombra. sin nombres, los nombra.
se agradece tu emocionada memoria, Sindel!
Gracias, reina. A veces traigo este tema a los relatos, justamente para no olvidar todo lo que pasó. Un beso enorme.
EliminarTremendo tu relato, Síndel...Has puesto claridad, realismo y pasión...Esa mujer no descansará hasta la eternidad, que encuentre de nuevo a sus seres queridos.
ResponderEliminarMe alegro leerte de nuevo, amiga...Espero que hayas descansado y vengas con energía y ánimo.
Te dejo mi abrazo y mi cariño.
M.Jesús
Hola compañera! Gracias por pasar, los extraño mucho y de a poco iré regresando de mi letargo literario. Un beso enorme.
EliminarMi querida Sindel, no encuentro palabras para expresar lo que tus letras de hoy me hacen sentir, soledad, dolor, tristeza, rabia e impotencia por no poder acabar con toda crueldad.
ResponderEliminarDesde mi lugar de descanso te visito, leo y agradezco, tu compañía y recuerdo.
Un abrazo.
Ambar
Muchas gracias, Ambar. Es un gusto tenerte por acá y saber que mi relato te ha conmovido. Nunca más, nunca olvidar, nunca dejar que vuelva a pasar. Un beso enorme.
EliminarQué etapa tan terrible por la que paso tu protagonista. Menos mal que al fin su ángel de la guarda se compadeció de ella. Lindo relato y muy conmovedor. !Que alegría de tu regreso entre nosotros! Placer leerte nuevamente.
ResponderEliminarBso
Un relato duro y triste. Menos mal que fue rescatada. Aunque ya tiene su vida marcada. Está bien escrito, además te hace sentir el dolor que la protagonista sintió en esa dura etapa de su vida.
ResponderEliminarSaludos.
Durísimo y aterrador relato amiga. Sufrir todas esas vejaciones debe ser terrible.
ResponderEliminarUn abrazo
Una experiencia difícil de borrar, es duro despertar con esa soledad día da día.
ResponderEliminarUn abrazo
Uff!! Una historia que repite, ese afan de los victoriosos de robar a los hijos como botin de guerra (o de dictadura) muchos años atras fue en España, Chile, Argentina.....miles de niños robados a quienes no se sabe que tipo de intuición les lleva a sentir casi el mismo vacio que quedo en el vientre del que los arrebataron. Un duro y valiente relato, besos.
ResponderEliminarCreo que de una experiencia tan terrible es imposible recuperarse, la soledad y el vacío convivirán con ella para siempre. Una historia desgarradora. Es un gusto leerte por aquí de nuevo, te echaba de menos.
ResponderEliminarUn beso
El dolor de una perdida es demoledor en algunos casos y la soledad a veces la condena inmerecida por amar.
ResponderEliminarUn beso!!
Muy triste!
ResponderEliminarHas narrado una historia muy dura. La crueldad en grado extremo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me has puesto la piel de gallina... Y no me estraña, porque eliges siempre las mejores palabras; las más intensas, las que van directas al corazón.
ResponderEliminarUna historia terrible, por desgracia no fue la única. Desolador.
Un gran abrazo, Sindel, qué bien que sigas escribiendo :)
una etapa terrible de nuestra historia. Me has helado la sangre,
ResponderEliminarsaludos