Desde que Iván nació tuvo que aprender a usar el idioma de señas, ese que se expresa con el cuerpo, con las manos, con las miradas. Su mundo transcurría en un ámbito sin ruidos, sin voces, sin tonos. Los que estaban a su alrededor aprendieron a comprenderlo y a hacerse comprender. Sus amigos eran igual a él, su escuela y todo su entorno estaba preparado para que pudiera ser feliz así. Y lo era.
A veces se le hacía difícil desenvolverse en la rutina diaria, en la calle, en los negocios. Nadie lo entendía bien. Y él siempre se preguntaba por qué nadie se animaba a aprender su lenguaje de señas, si era tan bello ese idioma donde se podía dibujar con las manos, decir con los ojos, manifestar con el cuerpo.
Una mañana cuando tenía 15 años lo despertó una nueva sensación en su cuerpo. Algo que jamás había experimentado, una mezcla de sensaciones que le llegaban por las orejas, retumbando dentro de sus oídos y haciendo que su cerebro vibrara. Milagrosamente, nadie nunca pudo explicarlo, había comenzado a escuchar.
Primero lo invadió el miedo a eso nuevo que sonaba en su cabeza y era tan raro. Algunas cosas eran bellas, los sonidos de la naturaleza, la voz de sus padres, la música.
De a poco y después de aprender a manejar su propia voz y su nuevo sentido, pudo insertarse en el mundo "normal". Comenzó una nueva escuela, tuvo nuevos amigos, y empezó a usar el idioma del habla. Al principio la novedad de ese universo donde las palabras eran tantas lo atrapó por completo. Pero después de un tiempo así como descubrió la belleza, también aprendió que las personas hablaban más de lo que debían, usaban su voz para gritar, y casi nunca guardaban silencio.
Extrañaba ese vínculo a través de lo corporal, de lo visual, que encerraba tantos mundos en uno solo. Nadie podía comprender su melancolía, su tristeza. Y él no podía comprender como teniendo el don de expresarse tan fácilmente lo utilizaban tan mal.
Una mañana desvió sus pasos y en lugar de ir a su escuela actual volvió a la que había dejado. Los compañeros lo recibieron con el idioma de la alegría, en cada gesto, en cada abrazo podía sentir mucho más que en mil palabras. A partir de ese día dejó sus estudios, habló con sus padres por última vez y decidió volver a su idioma natal, su mundo sensorial de señas.
Hoy es profesor de lenguaje de señas en varias escuelas, se rodea de sus viejos compañeros y habla o escucha solamente cuando las palabras por decir, o los sonidos por oir son más bellos que el silencio.
Sindel Avefénix
Más relatos sobre idiomas en lo de: Juan Carlos - ¿Y qué te cuento?
Muchas gracias Juan Carlos
El nombre de mi blog en latín, indonesio, yoruba y lituano
Todos los textos que están expuestos en este blog son propiedad intelectual de mi persona y están registrados bajo el nombre Sindel Avefénix. Salvo menciones expresas de otros autores.
Es precioso, cuando hablamos decimos demasiadas tonterías y muchas veces en un tono demasiado alto. Mi hija estudió lenguaje de signos, sin ninguna necesidad física, siempre me ha gustado ver sus manos como pájaros Un abrazo.
ResponderEliminarEs algo maravilloso, ver como se pueden comunicar solamente usando el cuerpo, la mirada y los gestos. Creo que ese mundo es más comunicativo que el nuestro.
EliminarUn beso!
Lindo lo que escribiste..
ResponderEliminarbesos
Muchas gracias =)
EliminarBesos!
Bonita historia, a través de Ivan nos haces pensar en lo ruidoso que es el lenguaje, en la de mentiras que puede expresar que el cuerpo no puede, hizo bien, lástima que no se quedara en escuelas de gente "normal" para enseñarnos a hablar de otro modo, miles de besossssssssssssss
ResponderEliminarEs una buena idea, pero no creo que a mucha gente "normal" le interese aprender ese lenguaje!
EliminarGracias por pasar Susurros. Un besote.
Qué bonito!! ya podían aplicarse ese final muchos que hablan más de lo que deberían y hacer como IVán!
ResponderEliminarBesos, preciosa!
Ya lo creo que sí amiga, a veces hay que llamarse a silencio para bien de los demás.
EliminarUn beso enorme!
Estudié el lenguaje de signos sin necesidad de hacerlo, simplemente porque me gustaba. es precioso, pero se pierde agilidad y belleza de no usarlo, ¡una pena!
ResponderEliminarQué lindo! No creo poder aprenderlo me cuesta mucho recordar cada seña, pero es algo tan interesante de ver!
EliminarTal vez ahora te animes a volver a practicarlo.
Un beso.
Con 9 o 10 años, me enseñó el lenguaje de los signos un limpiabotas sordomudo que había en el bar de mi padre. Creo que todavía sería capaz de entenderme, a pesar de que mis dedos ya no son tan ágiles como entonces.
ResponderEliminarUn abrazo.
De alguna manera, quizás más lentamente seguro que se entenderían.
EliminarGracias por tu visita. Un abrazo.
Me ha encantado el trasfondo de la historia, esos sentimientos de tu protagonista que nos trasmites.
ResponderEliminarComo no lo puedes ver, te explico que estoy haciendo las señas de enviarte un muy fuerte abrazo.
Qué lindo! Muchas gracias y aquí va otro para vos!
EliminarUn gusto estar en tu propuesta, algo apretada pero he llegado.
Un abrazo enorme !
Me gusta ver como se expresan con ese lenguaje, como tú dices no es solo el movimiento de las manos, es todo el cuerpo el que habla. Afortunado tu protagonista, pudo elegir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que todos en realidad podemos elegir, pero hay que tener la valentía de tomar la decisión, de lo que sea, que se mejor para nosotros.
EliminarUn beso!
Qué bella historia y qué enseñanza nos deja!... Para meditar.
ResponderEliminarNo siempre la buena comunicación viene de manos de la palabra, ni todo modo de expresión a través de ellas es positivo. Posiblemente, el carecer de alguno de los sentidos, dota a las personas de una sensibilidad diferente, más intensa, más pura. El lenguaje gestual, sin dudas, es rico en expresiones y un modo de comunicación muy valioso.
Besos!
Gaby*
Yo pienso como vos, creo que al carecer de alguno de los sentidos las personas se vuelven más sensibles a la vida y a las emociones, como lo usen después es otro tema, pero seguramente disfrutan de todo mucho más.
EliminarUn beso enorme.
Un bello relato con un gran mensaje en su interior.
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias Ilesin! Beso =)
EliminarOooohhh!!!
ResponderEliminarvaya que relato más maravilloso y certero, me ha emocionado demasiado, me dejo el corazón apretadito, con un dejo de tristeza... pero me ha encantado FELICITACIONES!!!
Hola María! Qué gusto verte por aquí, gracias por tus emociones y por tus palabras.
EliminarUn beso
Está muy bien tu moraleja. Seguro que es más feliz, a veces se oyen cosas que es mejor no oir.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias Carmen! Un beso!
EliminarMuy emotiva historia que desnuda nuestras malas costumbres -al menos una de ellas- con la simpleza de quien siente profundo y sin falsedades.
ResponderEliminar=)
Gracias Moni, eso mismo es lo que quise destacar. Un beso =)
EliminarDisiento un poco con el personaje. Me cayó un poco antipático eso de renunciar al lenguaje hablado, de no hablarle a sus padres, sólo porque algunos lo usan mal. También el lenguaje escrito es usado muy mal, pero eso no implica que haya que renunciar a usarlo.
ResponderEliminarTendría más sentido que se convierta en un traductor de ambos idiomas.
Aclaro que mis objeciones son al personaje, no al relato, que está muy bien escrito.
Bueno son puntos de vista, en realidad lo que destaca mi relato es que quienes expresan sus emociones de manera simple y gestualmente, tienen otra manera de ver la vida. Todos los medios de expresión tienen su lado bueno y malo.
EliminarQue razon tiene tu protagonista en tu relato. Es tan hermoso comunicarse y hablar. Pero algunas veces el hablar es mortal.
ResponderEliminarPorque las palabras pueden ser bendición o maldición, sino hay entendimiento.
Besos
Más cuando se pronuncian sin pensar! Un beso preciosa!
EliminarInteresante tu relato Sindel, una aleccionadora historia. Aunque debo decirte que he estado en contacto con hipoacúsicos frecuentemente por mi trabajo y de un modo u otro me he entendido con ellos. Desde hace años, las escuelas especializadas trabajan para que no se aislen del mundo y aprendan a vivir en el con las dificultades y virtudes que lo caractericen, ya que no es malo interactuar con los demás y ser una persona activa y positiva con los demás, los cuales tienen mucho que aprender de ellos. Un saludo afectuoso Sindel...
ResponderEliminarEs un trabajo excelente el que se está realizando para incluirlos a ellos y a todos los que carecen de algún sentido a la sociedad, en eso debo reconocer que se ha crecido.
EliminarGracias por pasar, un abrazo!
Me ha encantato tu relato por lo bien pensado, desarrollado y escrito que está, así como por la enseñanza que de el se desprende. Pero, a fuerza de tener un pensamiento positivo, creo que es mejor sumar que restar. Ambos idiomas son bellos y no creo que renunciar voluntariamente a uno de ellos sea muy inteligente, por el simple hecho de que apreciemos que algunos hacen un mal uso del lenguaje hablado.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gracias Pepe, es cierto lo que decis, pero a veces uno prefiere quedarse con las cosas entre las que se siente más cómodo, igual seguramente con el tiempo seguirá usando ambos idiomas, pero disfrutando más el de señas.
EliminarUn abrazo!
Confirmo, son mas comunicativos que nosotros. Tienen sensaciones que nosotros no sentimos. Muy bello tu relato
ResponderEliminarUn beso Sindel
Céline
Muchas gracias Celine! Un beso!
EliminarCuando observo las traducciones al lenguaje de signos que nos ofrecen algunos canales de televisión, suelen acompañarse con subtítulos del texto hablado. Y sin entender nada del lenguaje de signos, me parece necesario al tratarse muchas veces de conceptos abstractos que cuesta comprender aun teniendo a tu alcance la palabra y el contexto. Me pregunto si realmente se puede tener una conversación que trascienda los temas tangibles sin recurrir al soporte de lo auditivo o de lo escrito. Alguien me lo puede aclarar? Como relato me ha fascinado aunque no pueda compartir el final. Un abrazo.
ResponderEliminarEn cuestión de práctica sé que pueden tener conversaciones y comunicarse muy bien. Tal vez para nosotros que no comprendemos las señas, ni sus abreviaciones se nos hace difícil, pero habría que vivirlo para saberlo.
EliminarUn beso y gracias por tu opinión!
Me ha encantado el relato, Muy bien pensado y escrito. Imagino la decepción que se llevó al ver cómo se usa el lenguaje a veces.
ResponderEliminarAñoró el silencio y el lenguaje de los gestos.
Un beso.
Gracias Leonor, a veces pasa que al conocer cosas nuevas nos damos cuenta que las que teníamos eran mejores. Un beso!
EliminarPrecioso! Me ha encantado! Es verdad que muchas veces no deberíamos hablar si lo que vamos a decir no es más bello que el silencio...lo has dicho tu en tu historia pero es también parte de una canción de El último de la fila que se llama "Ruge Mistral" que te recomiendo que escuches si no la conoces.Un beso
ResponderEliminarYa la busco, no la conozco.
EliminarGracias Charo! Un beso =)
Me gusta la moraleja.. Se oyen tantas cosas sin sentidos.
ResponderEliminarConfirmo que pueden tener entre ellos, una conversacion completa e interesante. Si hay algo que notan mas que nosotros, son las vibraciones. Halucino..
Muchos besos Sindel.. Feliz domingo
Isa
Muchas gracias Isa! Creo que son más sensibles a todo y eso los hace tener un mundo mucho más especial.
EliminarUn besote.
Muy intencionado texto. Una historia muy interesante y creíble, que hace reflexionar.
ResponderEliminarBesos
Gracias Alfredo, tu opinión me sirve mucho, entre tantas que me han dejado y están divididas. Un abrazo.
EliminarPrecioso tu relato, auscultando la maxima sensibilidad
ResponderEliminarde tu protagonista "el deseo autèntico de la felicidad!",
ese anhelo que todos llevamos en el corazòn, y que se
nos torna tan complicado, por estar inmersos en una burbuja
de una competencia despiadada, de consumo y mercado,
de la globalizaciòn, en donde todo ello como antes un filòsofo
lo habìa definido en una sola frase "El hombre es lobo del hombre"
Y entre otros ruines pensamiento "todo hombre tiene su precio"
Ah!, que excusas y que falacia!! y el mundo a la deriva.
Pero el arte, es una de las virtudes del ser humano para reflejar
muchas veces las capas mas sensibles y delicadas de nuestra
alma, tal como magistralmente lo has acentuado en tu bella moraleja.
Abrazos
con todo cariño